domingo, febrero 14, 2010

Mi primera vez

Pasó de manera completamente inesperada. Y sí. Era tan grande como me lo imaginaba. Y es que apareció así, de la nada, me imagino como debe aparecer la muerte. Uno ni cuenta se da.

Ya otras veces había pensado que había llegado ese momento, pero siempre había sido falsa alarma. Pero la verdad es que yo no quería. Imagino que nadie quiere, pero en mi caso era una total convicción. Nunca tendría ni siquiera una primera vez. Pero pasó y ya estoy en vías de superarlo. De seguir adelante con la vida y con esta pena encima. Lastima que el tiempo no se pueda devolver.

Salíamos del hospital Charles Lemoyne, que está en remodelación. La salida del parqueadero provisional da al boulevard Marie, una calle de doble vía que lo lleva a uno directamente a Taschereau, ahí a media cuadrita. Aunque la calle es de doble vía, al salir del hospital hay varias señales muy claras que indican que se debe voltear exclusivamente a la izquierda, precisamente hacia Taschereau. Y yo lo sabía muy bien. No más cuando nació Lucía hace ya poco mas de un año, debí haber salido por allí unas cuatro o cinco veces. Y otras varias más luego de mi gastroenteritis y los exámenes de laboratorio. Y el viernes en la madrugada! Mejor dicho, no había duda alguna.

Estábamos muy bajitos de gasolina. Y allí, en toda la esquina de Marie y Taschereau, a la derecha, luego de salir a la izquierda claro está, hay una estación de gasolina de Petrobras. Así que decidí aprovechar para echar un poco de combustible y limpiar los parabrisas.
Cuando ya estábamos llegando cerca de la bomba, fue cuando ocurrió. Tal vez fue primero el sonido, o primero las luces? No recuerdo.

El caso es que estaba allí. Negro. Camuflado. Con sus luces rojas y azules. Pequeñas. Pero ya era indudable. Ya el yo, o el conciente, o uno de esos, empezaba a aceptar la realidad: Había allí, detrás de nosotros un carro de policía (aunque no parece uno) que tenía encendidas las luces de emergencia y que hacía sonar la sirena para que nos percatáramos de su presencia. Todas las demás veces había sido nada. O el carro viajaba inocentemente detrás nuestro o simplemente las señales eran para alguien más. No esta vez.

No teníamos ni idea de que era lo que había pasado. De hecho Juana alcanzo a darse cuenta de que no traía el cinturón. Ella iba en el asiento trasero con la nena. Yo le alcancé a decir que podíamos usar como excusa la herida o algo. Que no era capaz de ponerse el cinturón.
Efectivamente grande. Inmenso. El policía debía medir como 3 metros y medio. Sólo le faltó haber golpeado con los nudillos en la ventanilla. Después de saludar me dijo que en la intersección había 4 señales que indicaban que se debía voltear a la izquierda. Claro, le dije. Y eso fue lo que hice, agregué. No. Usted no lo hizo. Qué? No podía creerlo. Yo sabía que había volteado a la izquierda o si no, como diablos estaba yo allí en la estación de gasolina? Yo intenté bajarme del carro para ver que era lo que había pasado. El hombre dijo que luego de entregarle mi licencia podría bajarme a verificar. Licencia y registro, por favor. Como en las películas. Hagan de cuenta.

Cuando me bajé y el policía me mostró el sitio, no tuve mas remedio que decirle que tenía toda la razón.

Resulta que saliendo del hospital, inmediatamente allí, sobre la calle Marie, hay una entrada de acceso a la estación. Y esa fue la que yo tomé. Tan pronto como entré al área de la estación, giré a la izquierda. Pero ya era tarde. Para la ley, yo había violado la orden de voltear a la izquierda.
Y es que uno cree que la señal es para impedir que la gente tome a la derecha. O lo que sea. Pues fue un descuido tonto y ahora me toca pagar.

Le pregunté que cuántos eran los puntos por esa infracción. Cero. Ok. Y cuánto es el costo? 100 dólares. Más costos. Bueno, uno se imagina que los costos deberían ser una pequeña porción de la multa. 15? 20? 54!!! Total. Ciento cincuenta y cuatro dólares.

Fue la primera vez, pero la madre que tiene que ser la última!

4 comentarios:

  1. Anónimo3:18 p. m.

    Pues si le deseo que sea la ultima, a mi todavia no me ha pasado, toco madera.... Patricia

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  2. Anónimo11:10 p. m.

    Fresco que eso a todos nos pasa por acá, lo que duele es pagar esa multa tan cara; la cuestion es poner cuidado, por ejemplo en Brossard saliendo de Place Portobello (como quien viene de Ardène) a tomar la Taschereau hacia a la izquierda, ese giro es prohibido solo de lunes a viernes de 6 - 9 AM, el letrero que lo advierte es muy pequeño pero ahi esta, al frente, sin embargo cada dia cuando voy al trabajo hacia Montréal veo que hay minimo 3 0 4 carros con la policia poniendoles multa por no advertir ese giro...

    ADRIAN

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  3. Ah, no. Ese cruce sí lo conozco. De cuidado. Y no es sólo el cruce. Viniendo del este hacia el oeste, uno puede hacer la U ahí en Taschereau, también en cualquier hora, menos en las que usted menciona. Mario, creo que es nombre de la que atraviesa.

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  4. Si Juan Diego efectivamente, esa es la Rue Mario que va a dar a la Avenue Malo...

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