Llevo
varios meses guardándome esta entrada. Y ni siquiera sé por qué. Ni larga que
fuera.
Es un
pequeño consejo para los que traen hijos pequeños a Québec. Por supuesto uno de
esos consejos que se pueden desechar tan rápido como darle clic a la X arriba a
la derecha.
Me parece
un poco extraño cuando algunos lectores me escriben comentándome sobre sus
preocupaciones respecto de cómo hacer que sus hijos pequeños se adapten a la
escuela y en especial en lo referente al tema del idioma. Incluso conozco
inmigrantes que hacen grandes esfuerzos por tratar de enseñarles a sus hijos francés
aquí en sus casas. Cómo si fuera necesario! O cómo si no fuera más bien
contraproducente (por aquello de tratar de enseñarles un “mal” francés con un
acento latino).
El consejo
tiene que ver con una estrategia que ha funcionado excelentemente con Victoria
(mi hija de 3 años) y que creo debería funcionar con la mayoría de los chicos:
1. En la
casa se habla español. Es la mejor forma de que su hijo no pierda la magnífica
oportunidad de aprender bien una lengua que muchos canadienses mueren por
aprender. No sólo se habla español. Se lee y se escribe (o por lo menos se
intenta enseñar)
2. El
francés se aprende en la escuela. No se necesitan cursos, ni profesores
privados ni papás con acento latino tratando de enseñar (por ahí derecho uno se
puede ahorrar un poco del ridículo que se hace cuando nuestros hijos nos
empiezan a corregir!). Creo que cualquier muchacho de menos de 20 años tiene
aún encendido el chip de aprendizaje de nuevas lenguas. Si son menores de 10,
con mayor facilidad.
3. El
inglés se aprende en la televisión. Sí. Así de simple. En nuestra casa pusimos
como norma que la televisión se ve en inglés y este sólo hecho ha generado un fenómeno
fascinante: Nuestra hija entiende y habla el inglés perfectamente (como una
niña de 3 años, claro está). Nunca ha necesitado subtítulos (los cuales igual
no podría leer) ni un adulto al lado explicándole. Los dibujos animados y las
películas de Netflix han sido suficientes.
Victoria
habla los 3 idiomas en forma completamente fluida. Para los que la conocen,
pues es claro que ella tiene su especialidad para hablar (lo hace desde los 9
meses), pero creo que el caso se puede extrapolar a chicos un poco mayores. De
otro lado, el que un niño no hable mucho no quiere decir que no entienda y que
su cerebro no esté ocupado en el proceso de la asimilación y del aprendizaje.
La única
dificultad que nuestra hija tiene con los idiomas tiene que ver con los
nombres. A veces, cuando habla francés dice que lo está haciendo en inglés y
viceversa. Aparte de eso, nada. Es fascinante ver cómo puede cambiar de uno a
otro, dependiendo generalmente de la lengua del interlocutor.