martes, agosto 28, 2007

El CSQ

Ustedes deben llevar la cuenta mejor que yo. Los papeles los metimos como el 13 de abril de este año.

Ya llegó el CSQ de Juana. Sin entrevista, sin papeles adicionales.

Una copia va camino a la embajada. No les debemos ni un dólar ni una fotocopia. Tiene todo: exámenes, pasaporte, plata, CSQ.

Qué se muevan!

Casi olvido contarles que voy para Colombia el 3 de noviembre.

jueves, agosto 23, 2007

Una recomendación muy especial

Habrán notado que los tengo un poco olvidados. Si quieren conocer parte de la razón, por favor visiten:

http://vidacoloridamariadelmar.blogspot.com

viernes, agosto 17, 2007

Un d­ía de rutina

En Québec normalmente se suscriben contratos de arrendamiento por 1 año y no ocurre como en Colombia, donde uno se puede "mariar" a veces y salirse antes. Toca cumplir el plazo. Ni siquiera se estipula multa por salirse antes. Simplemente, usted paga los meses que faltan para cumplirse el plazo y entonces se puede ir.

Esa es una de las razones por las que no me cambio para vivir más cerca de mi trabajo. Otra de las razones es que no sé si de pronto cambie de trabajo y no sé. La otra razón tiene que ver con mis nenas.

El día de rutina comienza a las 6.30 a.m. Baño a la carrera. El desayuno para las nenas. Que pecao levantarlas tan temprano. Esperar el baño de ellas, que es una eternidad. Sobre las 8 a.m., llevarlas donde Miguel y Ana María. Partida cerca de las 8.20 a.m.

Rumbo por Taschereau, hacia el puente Champlain. Luego, autopista Decarie, o 15 norte que llaman, generalmente con tráfico pesadito.

Autopista 40 al este, salida 71, Marché Central y listo. En la oficina sobre las 9.

El trabajo de siempre. El tiempo largo de siempre.

A las 5.30, pa' la casa. Mientras salgo y llego al parqueadero siempre son 10 minutos.

De l'Acadie, acceso a la autopista 40 al oeste. Es la parte más congestionada del trayecto. Luego, Decarie al sur, a veces también congestionada. Puente Champlain, pasada por debajo, Boulevard Simard, Victoria.

Sobre las 6.15 p.m. o 6.20 p.m., en la casa de Miguel y Ana María.

Como la concha sigue, me esperan siempre con comida. Sólo a veces me dejan lavar la vajilla para colaborar. Lo mejor es el reencuentro con mis nenas aunque casi no me paran bolas por andar de juegos con Adelina y Juana.

A la casa, sobre las 9 o 9.30 p.m. Hora de organizar el otro día, contestar correos, descansar un poco.

sábado, agosto 11, 2007

Un d­ía de rutina

Alguien preguntaba sobre el mecanismo para demostrar la capacidad financiera en el caso de apadrinar a un esposo o una esposa. NO es necesario demostrar ninguna capacidad financiera para apadrinar ESPOSOS o ESPOSAS o HIJOS que a su vez NO tengan hijos (los que vendrían siendo nietos de uno). Por lo menos no en Québec.

El padrino se debe hacer responsable durante 3 años. Es el único compromiso.

El asunto tiene su lógica. Qué importan donde esté viviendo uno? Igual la pareja y los hijos deben tener garantizado su sustento. Incluso si uno no tiene trabajo.

Ahora sí, a la rutina.

La levantada, sobre las 7 a.m. Algún desayuno a la carrera, generalmente con pan tostado. La ducha y listo. A correr un poco porque el bus pasa en la esquina de Churchill y Hubert, sobre las 7.55. Afortunadamente pasan la 1 y la 15, pero siempre es mejor la 15, porque da menos vueltas.

Un sueñito obligado en el bus, para tratar de recuperar más energía. Llegada al metro Longueil sobre las 8.10, 8.11. Correr otro poco para alcanzar el metro. Cuál? Pues el que se va a ir, no? Igual a los 4 o 5 minutos arranca otro. En fin, la idea es ganarle al tiempo la carrera.

En el metro, dependiendo de la posición que se haya ganado en las filas, pues le toca sentado o de pie. Igual la cosa no es grave. Son 6 o 7 minutos a Berri-UQAM. Al llegar, el río de gente subiendo, en busca de las líneas verde o naranja.

Llego a mi línea, la naranja, en la dirección Henri Bourassa, que ahora se llama Montgomery por la extensión que hicieron hasta Laval. El tren llega sobre las 8.23, 8.24 a.m. La misma gente de todos los días a la misma hora. Aquí sí, generalmente, toca puesto.

Ahora, a contar las estaciones. Sherbrooke, Mont Royal, Laurier,... las lejanas,.. Jean-Talon, Jarry. Si se puede, otro sueñito. Cremazie. Ahora un riachuelo. Las escaleras eléctricas.

Salida a la calle Cremazie, al lado de la autopista (son paralelas, la autopista en realidad está elevada en este punto). El bus 460 o el 100, generalmente este último. La fila de gente esperando. El bus, faltando 12 o 13 minutos para las 9.

Parada en Cremazie con de l'Acadie. Caminada hasta el edificio. 5 o 6 minutos. Llegando sobre las 9 casi en punto.

El día de trabajo, largo como el que más. Siempre muy largo. Sólo pasan rápido la primera hora y la última hora y media, entre las 4 y las 5.30 pm. De resto, son horas como de 200 minutos cada una.

El almuerzo ocurre generalmente después de la 1 pm, casi siempre sobre las 2 p.m., últimamente casi a las 3 p.m. Cada uno por su lado, en silencio, en su puesto. Excepto cuando salíamos con José y algunas veces con Dominic y Veronique, los quebecos nuevos.

A la hora de salida, 5.30 pm, es como si uno naciera de nuevo. Dos opciones. O tomar el bus que viene por de l'Acadie para ir hasta el Centrol Rockland o hacerlo a pie. En Rockland, tomar el 100 o el 460 hacia la estación Cremazie. La espera de 10 o 15 minutos. El viaje, otros 7 u 8 minutos. Ojo con no ponerse a hacer Sudoku para que no... me pasé. La otra esperada de bus en no sé dónde sobre alguna otra calle al lado de la autopista. 45 minutos más de viaje.

En Cremazie, correr un poco para llegar a la hora que pasa el tren, sumándole unos 30 o 40 segundos, para sólo alcanzar a escuchar el ruido que deja al alejarse. Ok. Jugar un poco con el celular para quemar tiempo. 7 u 8 minutos. El otro tren hacia Berri-UQAM. Como 20 minutos...

En Berri-UQAM, el río. Ahora hacia abajo. Correr porque está la sensación de que el tren está ahí esperando. Si otros corren, con mayor razón. Si los otros corren porque me ven corriendo, entonces sonreír. Ellos creen que yo sé el horario.

A veces, soy afortunado y el tren está allí. Ya son como las 6.10 p.m. Otras veces, esperar. 8 o 10 minutos. A Longueil estoy llegando sobre las 6.20 p.m. La gente corre, pero ya empiezo a pensar que es más una cultura. A veces lo hago. El ejercicio de la semana.

Tres opciones. El bus 15 a las 6.24 p.m., el 4 a las 6.30 p.m. o si es demasiado tarde, el 54 a las 6.50 p.m. Esta espera es de las más largas y sumada al cansancio...

En la casa sobre las 7 p.m. Pasaditas. A leer el correo, a escribir, a oír música. A comer algo.

Claro que ahora que lo pienso bien, como el 90% de las veces he llegado a la casa de Miguel y Ana María primero. Qué concha!

Algún día me va a tocar dejarles de hablar.