viernes, septiembre 21, 2012

Buscar empleo en Canadá


Se me ocurrió que sería bueno construir un compendio de los consejos que doy a amigos y desconocidos sobre lo que hay que hacer para encontrar un primer empleo en Canadá que no sea de jardinero (refiriéndome a mi entrada anterior). Es decir, ¿qué deberían hacer los profesionales que han inmigrado a Canadá bajo la categoría de trabajador calificado (profesional o técnico) y que ya ha pasado una entrevista en inglés o francés, probando con ello que ya se desenvuelven suficientemente con alguno de esos idiomas?

El truco se puede reducir a una estrategia de disparar mucho para que algún pájaro caiga. Hay que enviar muchísimas hojas de vida, para tener algunas entrevistas y para que de esas entrevistas salga una oferta de empleo.

Echándole una mirada general al mercado laboral de ciudades como Montréal y sus alrededores creo que es factible encontrar un número de empleos en muchas áreas que deberían permitir que uno envíe unas 10 hojas de vida diarias, 50 a la semana. El truco consiste en “ver” los anuncios de empleos (la mayoría son ignorados como si no estuvieran), aplicar a ellos y en dedicarse a esta tarea en modo tiempo completo, sin distracciones.

Hoja de vida

Primero consejo: No acepte muchos consejos. Todo el  mundo tiene una opinión que siempre será diferente de la de los demás. Es bueno refinar el documento y hacerlo revisar por un par de amigos nativos pero no ponerle demasiada tiza al asunto. Una semana debería ser el tiempo máximo empleado en construir una buena hoja de vida. Entonces aquí mis consejos:

Máximo 2 páginas. Nada de información personal diferente de la dirección, el teléfono y un correo electrónico. Si su nombre es Carlos Mario del Espíritu Santo y La Congregación Gómez de La Espriella entonces le recomiendo que escriba en el encabezado: Carlos Gomez (note que hasta la tilde la sugiero omitir). Sólo eso ya es suficientemente complicado para ellos. Lo que quiero decir es que uno debe escribir un solo nombre y un solo apellido para hacer la lectura más simple. No se me ocurre que sea buena idea “traducir” los nombres pues terminaría uno dando explicaciones un tanto bochornosas a la hora que uno quiera que el cheque o los impuestos sean registrados a nombre de “otro”.

Justo debajo de su información básica, es buena idea poner en alguna fuente notable los idiomas que usted habla. Si la hoja de vida es inglés entonces deberían estar las palabras: ENGLISH SPANISH (en ese orden). Si además usted habla francés, entonces ENGLISH FRENCH SPANISH. Ahora, si el documento está diligenciado en francés, entonces escriba FRANÇAIS ANGLAIS ESPAGNOL. Nótese, y considero muy importante, que usted no debería usar palabras anexas tales como “nivel intermedio”, “funcional”, “básico”, “principiante”, “hablado” o similar. ¿La razón? Uno nunca es suficientemente objetivo y conociendo las historias de los jardineros, es casi seguro que usted se va autocalificar con tendencia a la baja, lo cual no es conveniente pues simplemente su hoja de vida va a ser descartada sin siquiera ser leída (recuerde que esta descripción del idioma va al comienzo).

Entonces ¿qué hacer para resolver el problema de que usted cree que su nivel de idioma no es suficientemente bueno? Mi consejo: deje que la  decisión sobre su nivel de idioma la tome el entrevistador en su momento. Usted podría llevarse fácilmente la sorpresa de que su nivel de idioma es suficiente para las necesidades del empleo, que de pronto no lo es pero sus competencias son excelentes e igual el reclutador lo va a contratar y lo va a enviar a un curso posteriormente.

La primera sección de la hoja de vida debería ser un resumen de sus principales competencias. Una descripción de lo que usted saber hacer, en lo que usted se siente mejor preparado. Un truco clave consiste en poner en esta sección las mismas palabras claves que el contratante haya puesto en su anuncio.

La segunda sección debe ser su experiencia laboral, como siempre ordenada de la más reciente a la menos reciente. Yo sé que es típico poner primero la educación, títulos cursos y demás. Aquí no. Como lo he repetido muchas veces aquí lo de menos es lo que usted haya estudiado (¡o lo que vaya a estudiar!). Por ello mi recomendación de no pensar que hacer una maestría o un posdoctorado le va a ayudar. No es así. Ellos son prácticos y lo que necesitan es que usted sepa hacer aquello que es requerido para el empleo. Esa cultura de los títulos es muy colombiana (y no sé si latina). A veces recomiendo no poner los nombres de las ciudades y países donde trabajó y especialmente si no están en Norteamérica. Eso podría ayudar a que un reclutador un tanto desprevenido no se prevenga contra usted por no tener “experiencia canadiense”. Intente incluso traducir los nombres de las empresas. Tal vez la descripción del empleo desempeñado resulta ser de su suficiente interés.

En la tercera sección usted puede enunciar los estudios que ha realizado. Brevemente. No se aconseja poner cuanto curso de cocina se haya hecho, a excepción de certificaciones técnicas en productos, tecnologías o metodologías.

Al final la gente pone una línea mencionando sus pasatiempos y una línea que dice que las referencias están disponibles a solicitud. (Porque no es necesario ni se deben adjuntar certificaciones, títulos ni recomendaciones)

Mi último consejo es acerca del formato y el nombre del archivo: Documento Word con un nombre suficientemente claro para dar una idea sobre el contenido a un lector desprevenido en caso de encontrárselo por allí suelto: CV à Carlos Gomez – Programmeur.doc o Carlos Gomez’s Résumé – Programmer.doc

Carta de presentación

Ésta sí es típica y es mejor copiarse de formatos por allí. Un buen carretazo de por qué usted es el candidato ideal, basado en la experiencia en tal y cual trabajos y cómo esas competencias encajan perfectamente en la empresa tal de acuerdo con los requerimientos del empleo tal.
Formato y nombre del archivo: Lettre de présentation à Carlos Gomez.doc o Carlos Gomez’s Presentation letter.doc (igual razón que para la hoja de vida).

Algunos empleadores incluso recomiendan que en lugar de enviar dos archivos separados, es mucho más conveniente para ellos si el contenido de ambos se registra en uno solo, facilitando así el proceso de lectura en un solo paso.

Motores de búsqueda

Hay dos cosas que hacer respecto de los motores de búsqueda.

Primero, hay que inscribir la hoja de vida de tal suerte que pueda ser consultado por potenciales empleadores. Yo recomiendo tres: Jobboom, Monster y Workopolis. De esa forma seguro se está cubriendo un 95% de las ofertas que hacen los empleadores a través de Internet.

Lo segundo que hay que hacer es registrar alertas automáticas. Las alertas automáticas es un mecanismo que usan los motores de búsqueda mediante el cual usted registra algunas palabras clave y entonces el sistema le envía a usted por correo electrónico todas las ofertas de empleo que aparezcan y que correspondan a dichas palabras. Ejemplo: “programmeur”. Aquí la clave está en encontrar cuáles son las palabras claves que realmente generen ofertas positivas. Un contraejemplo podría ser lo que le pasaría a alguien buscando un empleo en el área del medio ambiente. Si esta persona inscribe una alerta diciendo “environment” entonces es muy probable que reciba muchas ofertas de muchas áreas diferentes donde el empresario promete “un bon environment de travail” (lo cual claramente no es lo que usted está buscando).

Una vez registradas las alertas automáticas, su trabajo de búsqueda podría resumirse a leer todos los correos que llegan a su buzón.

Existe un motor muy interesante llamado Indeed. Es interesante porque permite que con algunas palabras claves y la ubicación donde usted está interesado en trabajar, el sistema  busca todas las ofertas registradas en otros motores como los ya mencionados e incluso ofertas de Emploi-Québec. Es una lástima que no permite el registro de las alertas automáticas.

Empresas

Otra opción interesante consiste en visitar las páginas web de las empresas que podrían ser de su interés. Normalmente ellos tienen una sección “carrieres” donde uno puede echar un vistazo a los anuncios actuales de empleos disponibles y muchas veces uno tiene la opción de inscribir su hoja de vida. Estas hojas de vida quedan consignadas en bases de datos que los reclutadores usan cada vez que una nueva posición es abierta y están a la búsqueda de candidatos.

Anuncios de empleo

Con el registro en los motores de búsqueda y en las páginas de las empresas, usted debería estar en posición de recibir los anuncios de los potenciales empleadores.

¿Cuándo aplicar a un anuncio? ¿Qué hacer si la descripción del puesto es demasiado compleja y usted piensa que no es para usted? Aquí está el quid del asunto.

Primero, póngase en los zapatos del hombre de recursos humanos al que le encargaron redactar la lista de requisitos para el empleo. ¿Se le ocurre que él hubiera podido escribir en su anuncio: “Francés nivel intermedio, un poquito de inglés” o “Nos sirve cualquiera que sepa alguito de Java”? Por supuesto que no. Su trabajo (el del funcionario de recursos humanos) es conseguir el mejor candidato posible. Es más, como lo muestra la experiencia, estos personajes se exceden y piden normalmente más de lo que realmente necesitan. Entonces no es raro que aunque el puesto sea para programar en Java, el tipo agregue 2 o 3 tecnologías más que eventualmente algún día la empresa va a necesitar o que simplemente serían deseables, que dizque porque uno nunca sabe.

Entonces, el truco aquí está en el espíritu que hay que tener al leer los anuncios. Si usted espera cumplir el 100% de los requisitos del anuncio, entonces está frito. Ellos describen siempre a Supermán o a la Mujer Biónica cuando todo lo que necesitan es un hombre común y corriente. Yo me atrevería a decir que uno debería aplicar a todo puesto donde uno vea que cumple con el 50% de los requisitos y eso considerando incluso que “cumplir” un requisito puede significar que uno medio entiende del asunto o sabe de qué se trata aunque no tenga experiencia específica en el tema.

Es la única manera de aplicar a un número suficientemente grande de opciones para que en algún momento usted pueda ser convocado a una entrevista.

Especial importancia de nuevo al tema del idioma: seguro que muchos anuncios van a decir “Excelente nivel de inglés hablado y escrito” (o francés). Mi consejo simple: no se autocalifique. Si usted habla el idioma requerido (sin importar el nivel que usted cree que tiene), aplique. Ya será a la hora de la entrevista cuando el entrevistador decidirá por él mismo si su nivel es suficiente o no.

¿Y qué pasa si usted hace el “ridículo” aplicando a un empleo que pedía inglés y a la hora de la entrevista resulta que efectivamente usted no lo habla suficiente bien? Nada. No pasa nada. Simplemente usted no obtiene ese empleo. A propósito, en Canadá NO existe, que yo sepa, una base de datos similar a las centrales de crédito donde registran a la gente que se presenta a entrevistas sin los niveles requeridos y no pasan. El riesgo que usted sí corre es que de pronto lo contraten (sin importar su nivel, de nuevo) y de pronto lo capaciten o lo inscriban en un curso apropiado para el idioma y el vocabulario específico de ese dominio.

Pero si uno no tiene el nivel adecuado, ¿por qué aplicar? ¿Por qué someterse al “ridículo”? La razón es simple (y me sigo repitiendo): porque es muy probable que usted se esté subestimando y piense que sólo aceptan personas que hablen PERFECTA y FLUIDAMENTE el idioma. No es así. En Canadá no hacen otra cosa que contratar inmigrantes de todas partes del mundo, de todos los colores y con todos los acentos posibles. Y los inmigrantes, a menos de que hayan llegado antes de los 12 o 14 años de edad, hablan todos con acento y con errores. ¡Incluso los reclutadores de las empresas! (Ellos también son inmigrantes).

Entrevista

Lo primero que usted debe saber sobre las entrevistas en Canadá es que éstas no son diferentes de las entrevistas en Colombia y probablemente no muy diferentes de las que deben realizarse en otros países de Latinoamérica.

Aquí, los reclutadores NO se sientan a la hora de la entrevista con una copia del anuncio que publicaron en la prensa o Internet para verificar que usted cumple todos y cada uno de los puntos allí enumerados. Es un punto a favor. ¿Recuerda que usted debería haber aplicado con el simple cumplimiento de un 50% de los requerimientos? Lo que los reclutadores hacen, igual que en Colombia, es usar su hoja de vida como un derrotero para guiar la entrevista. Le van a preguntar sobre todo aquello que usted sabe, ¡aquello que publicó en su hoja de vida!

Por supuesto, también le van a preguntar por alguna otra característica de las que usted probablemente no tenga ni idea. Allí, su habilidad para sortear el asunto y apoyarse en sus conocimientos y experiencia: “no, esa tecnología en particular no la conozco, pero sí trabajé con una tecnología X que es similar y que me brinda la capacidad de decir que no tendría ningún problema en aprender la tecnología Y que ustedes usan. De hecho, sé que la tecnología Y brinda algunas ventajas…”.

Conclusión

Es toda acerca de una actitud. La actitud frente a un reto. La actitud hacia un mundo desconocido, con una lengua diferente y con algunas diferencias culturales (no muchas, esto sigue siendo América, hemisferio occidental).

Una actitud frente al miedo de desenvolverse en una entrevista y en particular en otro idioma. (Recuerde que usted ya pasó una entrevista de cerca de una hora donde habló de su pasado, su presente y su futuro, sus experiencias, sus calificaciones y recuerde que esa entrevista no ocurrió en español). Una actitud para entender que aunque éste es otro país, no es tan diferente de los nuestros. Las empresas están llenas de ineficiencia, de burocracia, de gente que trabaja mucho, de gente que trabaja poco, de gente muy buena y de gente muy mediocre. ¡Empresas con tecnologías obsoletas! ¡Sí! Empresas del primer mundo donde usan tecnologías de hace algunos años atrás, porque no son perfectas, porque ¡también tienen que conseguir el dinero que se requiere para modernizarse!

Una actitud para entender que aquello de empezar “desde abajo” no quiere decir desde los empleos de jardinero o de aseador (que no desmeritan a nadie pero que resulta no ser el objetivo original de la mayoría). Entender que “desde abajo” quiere decir no aspirar a gerente o a vicepresidente sin haber sido primero técnico o asistente o ingeniero júnior, pero estar en el área de la profesión de todas maneras.

Una actitud hacia entender que la “verraquera” que se trae no es aquella que le permite trabajar en McDonald’s sino aquella que le permite enfrentarse al verdadero toro, tomándolo por los cuernos.

Una actitud hacia entender que recibir muchos NO como respuesta es algo fácil de olvidar tan pronto como uno recibe el primer SI. Y que por ahí derecho resulta que encontrar un trabajo en su área en Canadá le resuelve la mayoría de los demás problemas que significa enfrentar la inmigración.

domingo, septiembre 09, 2012

De las frustraciones

Es como una frustración. De la misma clase que siento cuando uno piensa en las grandes cantidades de personas que piensan igual, que van con la corriente, que votan siempre por los mismos y que viven en las mismas condiciones de siempre, que tienen todos un motón de creencias todas igualiticas. Y en parte porque el sistema les ha vendido la idea de que algún día saldrán de pobres, que no es sino esforzarse mucho. Soñar. Que ahí está "el secreto". En desear mucho las cosas. Con mucha fuerza. (Y de esa manera no sólo soportan la idea de que el sistema sí es bueno, porque algún día va a funcionar para ellos, sino que además así no se les pasan ideas comunistas por la cabeza que serían peligrosas, para el sistema, claro).

Bueno, también es cierto que está aquella parte de las creencias que les dice que no, que tranquilos, que soporten todo con resignación, que al final la torta se va voltear y que de ellos será el reino...

Y es que por pura coincidencia he visitado un par de veces Nueva York recientemente. Y no es sino ir a Queens o a algunos sitios de New Jersey. Haga de cuenta estar en Colombia. Hasta las calles son igualitas. No. Hasta hay una calle llamada "Calle Colombia". No "Colombia Street", ni siquiera. "Calle Colombia". Y es que es eso lo que allí se percibe. No necesariamente Colombia. Puede ser cualquier país de Latino américa o incluso cualquiera del tercer mundo.

La gente se ve tal como siempre he dicho que se ven en las películas. Los que atienden en los restaurantes y los que se les ve que acaban de salir de su trabajo en una fábrica o que acaban de limpiar un par de pisos, los que mantienen los jardines de aquéllos que pueden pagar por ese tipo de servicios. La creencia errónea, la de pensar que algún día van a salir de allí, o la de que es culpa únicamente de un sistema que los utiliza.

La parte de la culpa del sistema: gente pobre para que se maten por los salarios bajitos, para poder tener salarios bajitos. Allí es donde están las ganancias de los patrones! La parte de la culpa que no es del sistema: la actitud de los inmigrantes. Los inmigrantes triunfadores durante un período de tiempo que comienza justo después del momento de vencer al cónsul en la entrevista, porque han demostrado que tienen todas las capacidades, cualidades, conocimientos y manejo del idioma necesarios, y el momento que termina pocos días después de haberse bajado del avión y descubren que el asunto no es de turismo puro y que hay que actuar como adultos.

Entonces de allí mi frustración. Porque tal vez soy un idealista de esos que piensan que pueden cambiar al mundo. Y entonces me la paso buscando las fórmulas, o escribiendo o hablando. Y esperando. Pero en vano. La gente va con esa corriente aquí también. Y claro que usted va a decir que ese no es su caso. Que a usted no le va a pasar. Que eso de los fracasos es para los demás. Pues le tengo malas noticias. También le va a pasar (y si mal no recuerdo ya escribí sobre ello un par de años atrás).

La corriente de aquí es la misma que uno ve en las películas. Y entonces los inmigrantes son la base de la pirámide. Los pobres. Pobres con carro, con cervezas en la nevera, con paseos a Colombia de vez en cuando, con apartamento y televisor de plasma. Pero pobres al fin y al cabo. Y no me meto con el tema del espíritu. Pobres por la deudas, pobres por los empleos difíciles, físicos, de los que uno podrá sacar el pan sólo hasta que la edad de la espalda le aguante. El apartamento es alquilado, claro. De los pequeños. De los viejos que huelen a lo que huele la comida de los vecinos. De los que están todavía allí o de los que se fueron hace años pero cuya cocina aún perdura en las paredes.

Y estudian y se endeudan y le dan vueltas al asunto. Y estudian de todo. Y francés otra vez. E inglés. Y perfeccionamiento del francés. Y de inglés. Y maestrías. Y préstamos y becas de consuelo. Deudas, al fin y al cabo. Y tiempo.

Entonces aquí los inmigrantes también continuamos soñando. Aquí también vemos las casas y los carros y los botes que queremos tener. Que vamos a tener. Porque ese el sueño. Sueños sin planes, sin acciones concretas. Sólo sueños.

Claro está que también los habrá de los bohemios que llegaron sólo para vivir de la naturaleza y disfrutar de los paisajes y el vil metal no hace parte de sus objetivos. Bueno por ellos, pero esos son otros.

Los mata el complejo. El idioma que esperan perfeccionar. Lo inalcanzable de los empleos. La culpa que le echan a los gringos monos ojiazules que no los contratan cuando sólo han enviado un par de hojas de vida. Los mata el temor a enfrentarse.

Y las excusas son todas buenísimas. Hasta me dijeron en Nueva York que era que tener una profesión en Colombia no servía de nada. Por qué, pregunté yo. Pues porque no puedes tener un empleo. Tienes que homologar. Y cómo así? Es que hay una ley que prohíbe que un administrador de empresas o un economista o un ingeniero trabaje en una empresa gringa? No, no. Claro que no. Y entonces? Ah, sí, conocemos a una señora que consiguió un empleo en una industria... Las limitaciones son propias. Son los cuentos. Es el sistema, dirán.

Entonces aquí sí hay retos y no es fácil, como todos dicen. Pero las dificultades van a estar más por el lado de los propios miedos que de las realidades. Aquí la gente se retira por montones, se están envejeciendo, la economía se sostiene y necesita de la mano de obra de los que llegan. Y los mercados contratan a los inmigrantes, claro. Sin importar los acentos o las diferencias en las formas de comunicación. Pero pocos, porque pocos se atreven.

La mayoría se queda como en las películas gringas. Somos los latinos que cuidamos los jardines de los gringos.