lunes, julio 28, 2008

Desde Streamwood, Illinois, USA

Por acá andamos.

Sigo con la historia: El caso fue que nos regresamos para Montréal muy felices, pues sabíamos que después de enviar el dichoso papel, sólo era cuestión de 2 días hábiles para recibir las visas.

La mamá envió el papel desde España por fax el martes muy temprano, lo que en horas de la embajada serían las 2 o 3 de la mañana. Más temprano, imposible. El papelito costó 60 euros, es decir como 100 dólares. Vuelven mis ideas de volverme notario. Por si las moscas, yo envié por fax una copia que ella me había enviado por correo electrónico.

Se suponía que todo lo que teníamos que hacer era hacer el seguimiento a la "guía" usando el servicio que Canada Postes tiene en Internet. Nada. Su paquete no está en el sistema. Cada hora o algo así verificábamos. Y eso que hasta inscribimos mi mail para obtener un servicio de notificación automático.

Como el jueves ya estabamos medio desesperados de ver que nada pasaba, empecé yo a pensar que tal vez hubiera habido algún percance con el dichoso documento, con el sobre o algo. Llamé a la embajada y entonces me pidieron que enviara un correo electrónico solicitando la información. Ahí mismito.

Sólo hasta el lunes llegó una respuesta de la embajada diciendo que el caso estaba cerrado desde el viernes. Que continuáramos con el seguimiento a la guía por Internet.

Sólo hasta el martes tuvimos notificación de que el sobre había sido aceptado por la oficina de Ottawa el lunes en horas de la mañana. Bueno, ya venía en camino. El martes, a eso del medio día vimos la notificación de que el sobre había salido de alguna oficina en Brossard, en la mañana del mismo martes, para despacho. Por lo menos ya sabíamos que ya iba a llegar y que no se había ido para ninguna otra parte de Canadá (Brossard está adjunto a Greenfield Park).

Sopresivamente, y luego de haber ido a chequear al buzón por lo menos una docena de veces, apareció en la página de Internet la notificación de que el paquete había sido entregado con éxito. Quéeeeeeeeeee?????!!!!! A quién? Cuándo?

Me fui volado para la oficina de correos que queda en Uniprix. Que pena señor pero aquí no le podemos ayudar. Vaya a la oficina que queda en Brossard, desde donde despachan. Una cola como de 6 personas sacando pasaportes. La ansiedad en el techo! No se podían haber perdido las visas! Y lo que es peor, los pasaportes de las nenas!

Señor, yo no puedo hacer nada. No sé qué pudo haber pasado con su paquete. Aquí no tenemos sistema. Qué???? La señora tenía una pantalla al frente! Canadá, el primer mundo!. No hay forma de verificar. Sería como "buscar una aguja en un pajar". Y sí ha mirado su buzón? Nooooo. Pues claro que sí. Todo el día. Y no será que el timbre de su casa está dañado? (risas del público en la fila). No sé cómo no se me salieron los 3 o 4 primeros apellidos...

Lo único que puede hacer es llamar a servicio al cliente. Y si quiere, mañana de 6 am a 2 pm puede llamar a la supervisora de los "facteurs" (carteros) para ver que le dice.

Obviamente, las llamadas de rigor y esperar. Esperar.

Antes de las 6 am estaba llamando al supervisor que tomó todos los datos. El principal problema, decían, era que yo no había pagado el precio extra para que el paquete hubiera sido entregado exigiendo una firma y confirmación de identidad. Mejor dicho, la culpa venía siendo como mía.

Que iban a averiguar. Que ellos me llamaban. Que al final del día o al otro. Que lástima que yo no hubiera pagado el extra.

Eran como 1,50$!!!!!!!!!!!!!! Vieja h.... la de Ottawa. Por qué no ofreció el servicio? No sería lo normal luego de que supo que lo que se iban a enviar eran pasaportes???? No debería, por defecto, siempre vender ese tipo de servicio?

El caso es que para mí los pasaportes habían sido entregados, quien sabe a quien y había muy pocas oportunidades de que aparecieran.

Desde las 7 am saque una silla y un libro para leer. Iba a esperar al cartero para conocer de primera mano su opinión. Hacia las 8.30 am volví a llamar para ver cómo iba la investigación. No señor, nada. Qué lástima que usted no pagó el servicio...

Desmoralizado me entré pero Juana me insistió en que saliera a esperar al cartero.

Estando afuera, en el andén (ya no quería ni silla), llamé de nuevo a servicio al cliente. Estaba contando de nuevo toda la historia cuando llegó un carro particular del que se bajó un hombre sonriente, con uniforme de Canada Postes y un sobre en la mano.

Ni me preguntó nada. Simplemente se dirigió a mí con un dedo apuntando al sobre y diciendo "desolé". Lo había entregado en el edificio de al lado a una señora que se lo fue recibiendo sin verificar que era para ella.

Al medio día estábamos en camino de Toronto.

Esa es otra historia. Toronto, Niágara Falls, Chicago. Aquí estamos y la hemos pasado genial.

miércoles, julio 23, 2008

Otra de vaqueros

Algunas que me pasan parecen como enviadas directico del cielo (o quien sabe si de más abajo) sólo para mantenerlos a ustedes entretenidos. Qué vaina!

Cuál es una de esas cosas que lo maravillan a uno de Canadá? Pues el servicio de correo. Aquí no se pierde nada. Siempre se puede confiar. Usted puede recibir y mandar hasta cheques por correo. Total contraste con nuestros queridos terruños.

La señora de la casilla tres era la que menos me gustaba. El de la dos era el mismo que nos había dado las visas a nosotros. La de la cuatro, una negrita muy simpática. Cuál nos tocó? Pues la de la tres.

Ellos ya le conocen a uno el cuento y la historia desde antes de que uno se acerque. Ella empezó con preguntas directas. Cómo es que es la cosa? Dónde está la mamá de las niñas? En España. Es que ellas viven allá. Ah. Ok. Pero usted tiene permiso para viajar con ellas? Mmm. Pues, sí. Claro. La mamá es la que tiene la custodia. S­í. Pero usted? Usted puede viajar con ellas? S­i. Por eso ellas están acá. No. Pero para viajar a "América"? Señora, lo único que tengo es el acta de divorcio que dice... Ah. Ok. Sí. Aquí dice que ellas vienen a Canadá de vacaciones. Y América?

Pues el caso es que yo no tenía el papel. Y usted me lo puede conseguir y enviar por fax? Clarooooo. No importa que sea en español? Preferiblemente en inglés. Señora, pero si el papel lo hacen en España y usted lo requiere autenticado, va a ser difícil que el Notario lo haga en inglés. Ok. No hay problema. Yo suspendo el proceso y tan pronto como me llegue el fax, yo le envío las visas por correo. Ok. Perfecto!

Y trajo el sobre de Canada Post para enviarle los pasaportes? No, la vez pasada llenamos un formulario con los datos de mi tarjeta de crédi.... No. Ya no es así. Vea, vaya a Canada Post aquí a tres cuadritas y compra el sobre. Ok. Ya vengo.

Salimos felices y nos pegamos un desaynuo en un restaurante como el de las películas. El desayuno también de película. Pero todo esto, después de haber comprado el sobre, que fue otra historia.

Empecé por decirle buenos días a una señora muy simpática que nos sonreía y estaba al otro lado del mostrador. Ya la funcionaria me había dicho que me alejara del mostrador, s­ólo porque estaba hablando por celular. No iba bien la cosa. Ella no trabaja aquí!, me gritó. Ah, que pena. Cómo espera usted que yo sepa quién o quién no trabaja aquí? La señora me saludó y yo sólo le estaba devolviendo el saludo.

El caso fue que nos vendió el dichoso sobre. Sólo preguntó que si era para un pasaporte o para toda la familia. Le dije que era para dos. Cobró y luego a regañadientes mostró cómo había que llenarlo con el destinatario igual al remitente, según las órdenes de la embajada. Nos despachó tamborileados...

El sobre lo dejamos en la puerta de la embajada pero el papelito que nos habían dado con las instrucciones se quedó en el carro. El guardia dijo que no había problema pero a uno le queda una espinita.

Como me toca irme en este momento, los dejo con la duda.

Como dicen por acá To Be Continued...

viernes, julio 11, 2008

La felicidad

Un comentario sobre un post anterior me hace iniciar éste. Por supuesto una mala lectura y alguien diciendo que si me estaba yendo mal, que el pesimismo, que la fe...

A los que han leido con detenimiento el blog saben que no me está yendo mal. Todo lo contrario. Me está yendo tan bien que muchos me critican por mi falta de "humildad". En fin...

Realmente, el momento de ayer fue un momento de inmensa tranquilidad y de felicidad.

Nada extraño o especial pasó. Simplemente, después de casi año y medio de trabajo, por fin llegó el día de mis vacaciones. Adjuntando los viernes de verano libres de McGill, un día personal para ir a Ottawa el 14 de julio y otro día para mi próximo trasteo, pues logré casi 3 semanas completas. Y en pleno verano!

Pero la felicidad no se debe sólo a eso. Estamos en un buen momento. El embarazo de Juana va muy bien, según la última visita al médico. Mis nenas llegaron hace un par de semanas y están preciosas y grandes.

Parte de la tranquilidad la debo a mi propia satisfacción con el desempeño en el trabajo. Siento que ya tengo el toro por los cuernos y que lo estoy haciendo bien. Sin proponérmelo, tengo casi todos los proyectos casi finalizados y listos para ir a producción a mi regreso. Es esa sensación de que ya soy de ahí y de que soy la persona que controla el portal.

Buen momento para el merecido descanso. Vamos a Ottawa para tratar de obtener las visas gringas para las nenas. Si les dan las visas, haríamos un viaje hasta Chicago a medidados de este mes, pasando por Toronto, por las Cataratas, por Bufalo. Sería un paseo de varios días de ida y varios de regreso, acampando por ahí o quedándonos en hoteles baratos. Sin itinerario, sin horarios.

En Toronto queremos ir al zoológico y al parque de atracciones. Igual en Niágara Falls. Acepto ideas para los que conozcan el camino...

De regreso, tenemos planeado los bolos, Ski Bromont, La Ronde y varios más locales.

No me quiero despedir sin tratar de responder otra pregunta que me hicieron un par de ingenieros de sistemas. Ellos querían saber cuál ciudad es mejor en Québec para buscar trabajo. En mi concepto (como todo en este blog), El Gran Montréal es el sitio para buscar, porque aquí busqué antes de venir y fue donde más opciones ví. Además obviamente aquí encontré.

Pero mi consejo final es que todos los que vienen tienen la responsabilidad de buscar su propio empleo, ANTES de venir. De esa forma se podrán dar cuenta dónde hay más opciones para su perfil y experiencia.