Una clase de conducción
El jueves tengo el examen práctico para la licencia. Como uno debe llevar el carro, pues alquilé uno en una escuela de conducción. Aproveché la ocasión para tomar una clase de una hora.
Bastante interesante. Siempre hay mucho detallito que uno ya no cuida. La clase, en inglés, dictada por un pakistaní muy simpático y estricto. La prueba de fuego es la parqueada, pero creo que los colombianos que hemos manejado ya estamos curtidos en esas lides. No hubo queja.
A esperar al jueves.
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