jueves, febrero 24, 2011

Dos historias (particulares, claro está)
Yo tengo una compañera china que lleva aquí en Canadá como 10 años. De hecho, es ciudadana canadiense y le toca pedir visa para ir de visita a China. A mí me cuesta bastante trabajo entenderle su inglés hablado. 10 años. Dejo el dato para la reflexión para aquéllos que les gusta hablar del concepto “perfeccionar el idioma”.
Teníamos problemas muy serios en el sistema y todos estábamos como locos tratando de encontrar alguna solución. El caso es que toda la acción recayó sobre ella. Hubo un momento en el que en una reunión de alto nivel, con gente de muchos departamentos, se decidió que se iba a cambiar un parámetro en uno de los componentes y que ella debería hacerlo al día siguiente. El gran jefe (CIO que llaman) dijo que era mejor que ella no lo hiciera sola sino que estuviera acompañada por alguien de otro departamento.
Al final de la reunión, y del día, la directora del departamento se nos acercó en privado y nos dijo: “Necesito que ella no vaya a estar sola con el tipo del otro departamento. Ustedes entienden del problema que ella tiene con su lenguaje y la dificultad de la comunicación. Ella tiene claro lo que quiere decir, pero le cuesta trabajo. Así que por favor apoyémosla.”
La esposa de un amigo es odontóloga. Llegó aquí apadrinada, así que prácticamente en cero de idioma. Todo el mundo le dijo que se olvidara de su profesión. Ella decidió que no. Se puso a buscar trabajo y le pasó lo que normalmente pasa cuando esa decisión se toma seriamente: Encontró. Y en su área. Es más, no encontró uno, sino dos trabajos. Es asistente de odontología y técnica de laboratorio dental para la misma empresa. Hablando con su jefe, un árabe, éste le dijo: “Aquí en Canadá es mucho más importante el tema de la actitud que el del idioma. Uno entiende que la gente no habla bien. Eso sí, cuando la gente no tiene actitud, la salida fácil para no darles el empleo es simplemente decirles que no, porque no hablan lo suficientemente bien.”
Con la primera historia quiero mostrarles un poco sobre la actitud de los canadienses respecto de los inmigrantes que no hablan “perfecto” el idioma, que además resultamos ser prácticamente todos!
Con la segunda, quiero mostrar un caso, insisto particular, pero que refleja lo que deberíamos esgrimir al dar la pelea: actitud.

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