La entrevista
Me sentí regañado. Una señora bastante agria me atendió. Recuerdan que tenía una cita para una entrevista personalizada. Fundamentalmente dijo:
1. Establezca una dirección permanente
2. Inscríbase en un club de búsqueda de empleo
3. Mire lo de la orden de ingenieros
4. No haga lo de la evaluación comparativa de títulos, por lo menos no por ahora.
Seguí los 4 consejos. El lunes me mudo para un barrio llamado Verdun, aunque ellos lo ponen en las direcciones como si fuera una ciudad.
El lunes empiezo en un club de recherche d'emploi. 8 horas diarias, 5 días a la semana, 3 semanas. Completicas. Se firma un compromiso y todo. Lo bueno es que es teórico-práctico. Se hace el CV, la carta de presentación, las tarjetas de negocios (cartes d'affaires), las llamadas, simulación de entrevistas. Todo. Vamos a ver. Dicen que se emplean el 80% en 2 o 3 meses.
Para lo de la licencia, pedí la cita y me la dieron para el 22 de junio. Es decir, casi un mes después. Un problema. Para la cita hay que llevar el CSQ original. El que envié para lo del Assurance Maladie.
Me fui entonces el martes para la Régie d'Assurance Maladie du Québec. Toneladas de gente, pero como siempre, la atención muy buena. Me explicaron que era normal que pidieran el original del CSQ. Siempre lo requieren y lo envían a Québec. Una dama verificó en el televisor que tenía al frente y pudo ver que ya venía de regreso mi papel. De una vez confirmó que ya era elegible para el sistema y que me iba a enviar una carta certificándolo. Par la poste, comme tout.
Sin quererlo, salió ese otro papel y la tranquilidad de que el CSQ no se perdió para poder ir por la licencia.
El miércoles fui a empezar lo del club de empleo pero no había cupo. Casi que perdí la tarde. En la noche fui a ver el nuevo apartamento. No está nada mal. Me da pena con la amiga de allá porque es bastante independiente y se va a incomodar un poco.
Ayer, jueves, me fui a hacer la vuelta de mover la conexión de Internet de la casa de Jocelyn a la nueva. No fui capaz por teléfono y me tocó pedirle ayuda a una señora en una tienda Bell. Qué lío y que frustrante. En teoría, el lunes cuando llegue donde Ángela, mi amiga, ya tengo Internet allá. Lo fantástico del asunto es que lo van a instalar sobre una línea telefónica virtual. No hay línea y no tengo que comprarla. La civilización!
La tarde la usé para buscar computador. Éste fue el que encontré. Estoy estrenando. Con algunas dificultades, que ya descubrirán el siguiente artículo, si es que leen en orden. Tengo una cámara web para los que me quieran ver. En el almacén de computadores todo el mundo se pasa automáticamente al inglés cuando uno habla en francés. Como quien dice, "éste en qué estará hablando?".
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