martes, febrero 17, 2009

Ni rajan ni prestan el hacha

Ésta sí es el colmo. La página de inmigración de Québec lo dice en español muy claro. La página de inmigración de Canadá lo dice en los tres idiomas, también muy claro.
Para emigrar a Canadá usted no requiere de intermediarios. Contratar un intermediario no le garantiza absolutamente nada. Los intermediarios ni pueden garantizar el éxito de su proceso, ni pueden influir por usted ante nadie, ni para que sea positivo, ni para que sea más rápido, ni más barato, ni más fácil, ni nada.
Emigrar a Canadá es, en el fondo, supremamente fácil. Recoger documentación normal, organizarla, llenar unos formularios, estudiar y dedicarse y listo. Por ésta última razón, tampoco se requieren intermediarios. Toda la información es pública, está en Internet y además las oficinas de Canadá y Québec atienden las inquietudes.
Pero lo que sí es el colmo es que estas empresas "asesoras" no sólo no sirven para nada, excepto para hacer el trabajo que usted podría hacer por sí mismo, sino que además hacen daño. Ojo a esta historia.
Mi amigo Sergio hizo todo el proceso usando una de estas compañías. Soltero. Llegando al final, casi que esperando la visa, decide que se quiere venir para Canadá con su novia. Entonces decide casarse. Y se casa. Luego le llega la visa y entonces le envía una notificación a la Embajada de Canadá en Bogotá en la que informa de su nuevo estado civil, tal como está pactado en los compromisos que se suscriben al solicitar la inmigración. Envía otra notificación informando a la Embajada que ya no está interesado en ser representado por esta compañía.
Viajaba el próximo domingo. Sabiendo, por supuesto, que tiene que llegar a hacer el proceso de padrinazgo para poder traerse a su novia (ahora esposa, nueva esposa, novia, que es lo mismo). Compró tiquete y todo.
De pronto, ayer recibe una llamada de esta "compañía" informándole que la Embajada los contactó y que él debe devolver el pasaporte para que su visa se anulada y pueda iniciar el proceso desde cero. La compañía no presenta ningún documento. La compañía, muy atentos y queridos ellos, se ofrecen "interceder" y hablar con la Embajada para tratar de arreglar la dificultad.
Mi amigo no se aguantó la curiosidad (y el desespero) y llamó a la Embajada. Qué qué? Pero quién dijo eso? Háganos el favor de informarnos quién le dijo que la visa había sido anulada?
Pues la visa está perfecta. El expediente está normal. Puede viajar sin problema. Es más, Canadá NO anula visas. Una visa sólo puede ser anulada si el titular renuncia a ella y así lo manifiesta ante la Embajada.
Espero que este cuento sí se riegue.

jueves, febrero 12, 2009

Canadá - Colombia - Canadá

Air Canada es la primera opción. Montréal - Toronto - Bogotá y de regreso. 1 hora y pico el primer trayecto. Cerca de 6 el segundo. Los precios son los que no ayudan.
Mexicana de Aviación, con buenos precios. Escojiendo ésta nosotros nos ahorramos cerca de 800 dólares en el viaje. Montréal - Ciudad de México - Bogotá. 5 horas largas el primer trayecto, 4 y pico el otro. Super cansón, especialmente si se hace en un solo día. Para los residentes canadienses, no hace falta tener visa mexicana. No he podido despejar la duda respecto del viaje hacia Canadá con la sola visa de inmigrante canadiense. Alguien lo ha hecho? Se requiere visa?
He pensado que la fácil (y especialmente económica) va a ser a través de USA. Fabricio la hizo viajando en carro hasta Burlington, Vermont (USA), como a casi 2 horas de Montréal. Luego tomó un vuelo con la ruta Burlington - New York - Bogotá. Menos de 600 dólares ida y vuelta.
Por ahí hablan ahora de las aerolíneas de bajo costo y creo que hay una viajando desde La Florida hasta Bogotá o Medellín, por menos de 200 dólares si no estoy mal. Y si vuelan desde New York, por ahí es la opción. Obviamente el único requisito es la visa americana. Para los que no están enterados, la respuesta es: No, no es posible viajar a Estados Unidos, ni siquiera de tránsito, con la residencia canadiense.
Han oido el chiste en el que se le pide al viajero que si por favor le lleva un encarguito, que no es sino un acuario con pocos peces, una escalera, un vidrio para la mesa del comedor o un rollo de alambre de púa? Agréguenle una guitarra en un estuche sin manija.
Mea culpa. Yo me ofrecí. Claro que no sabía lo de la manija faltante en el estuche. Pues obviamente fue la atracción en todos los aparatos de rayos X. La policía en Bogotá incluso me hizo deshacer los pasos para volver a revisarla... en fin.
Pero lo simpático ocurrió en Ciudad de México, cuando hacía la conexión de regreso hacia Montréal. Como llegamos un poco temprano y no tenía ni ánimos ni dinero para almorzar pues decidí irme para la sala de espera temprano. Llegué antes que los funcionarios de Mexicana.
Mientras esperaba, empezó a llegar la gente. Yo, allí sentado con "mi" guitarra. Luego llegaron los funcionarios de Mexicana y la policía. Dos oficiales para ser exactos. Mientras que los de la aerolínea verificaban documentación de la gente (sin hacerlos pasar a bordo), los oficiales organizaban las cintas que colocan para organizar las filas. Preparaban una mesa blanca como para poner las maletas a revisar, preparaban los guantes como de cirugía, los equipos detectores de metales, todo.
De pronto, la aerolínea llama a abordar. Primero los niños pequeños y sus familias, ancianos, gente con necesidad especial, los de clase VIP, los de las filas 26 a 16, y finalmente nosotros, los de las filas 15 a 5. Pues todo el mundo fue pasando, como si nada. La policía, como si nada. No revisaban a nadie. Yo fui de los últimos en pasar por andar charlando con una pareja paisa en la fila.
Pues a mí sí me llamaron aparte. A la mesa. Ahí, delante de todo el mundo. Y a nadie más. Pues los tipos me revisaron absolutamente todo, con detector de metales, la guitarra, la cámara, cada bolsillo en el estuche de la cámara, requisa tradicional con tocadita de pierna, tobillos y demás. Las preguntas todas. Que prendiera y apagara el celular. Resultó que parecía como si toda la preparación de mesa y demás la hubieran hecho sólo para mí. 
Parecerá uno muy terrorista con una guitarra que además no era guitarra sino requinto? O muy narco?

miércoles, febrero 11, 2009

Los objetivos de este blog

Son varios. Definidos desde el prinicipio. Hay que leerlo para entenderlo.
Lo que sí debería ser claro es que no pienso escribir en este blog sobre aquellas cosas que los inmigrantes sólo quieren leer, simplemente porque es lo que quieren leer. Si quieren leer sobre lo civilizado, lo estupendo, lo magnífico y lo fácil que es vivir y salir adelante en Canadá, pues este no es el sitio. Ni siquiera sé si lo haya.
Es que recuerdo como algunos amigos y conocidos comentaban cómo en las charlas sobre Québec "nunca nos dijeron" tal o cual cosa. Lo siento. Sí lo dijeron. Otra cosa es que no hayamos querido escuchar o sólo hayamos escuchado la parte que nos pareció maravillosa. Lo demás lo tratamos de ignorar o hacer ver como menor. Todos caimos en esa.
Hay de todo.
Yo por lo menos estoy feliz y no me cambiaría casi por nadie. Si eso es tener problemas psicológicos... Eso no hace que deje de intentar ver las cosas lo más objetivamente posibles. Si los conceptos me salen subjetivos, pues eso son. De malas. 
No?

lunes, febrero 09, 2009

Respuestas

Pues no me quedé en Colombia porque no soy un niño chiquito. Si lo fuera, tal vez.
De todas formas no hace falta hacer los calificativos que están usando. Respeto sus opiniones y sus formas de pensar. No se me ocurriría insultarlos de manera alguna.
No me quedé en Colombia por varias razones. Una, tengo un trabajo que no debo dejar tirado. Dos, tengo responsabilidades, un contrato de arrendamiento, el leasing del carro y otras obligaciones más. Tercero, me parece una bobada no esperar 10 u 11 meses más para obtener la ciudadanía y así tener un pasaporte que me permita viajar por todo el mundo. Otro año más para mi esposa. Sería tonto, tampoco aprovechar que mi hija obtenga como lengua materna por lo menos el francés y algo de inglés.
Luego de eso, creo que podría empezar a alternar ambos sitios, si mis planes de negocios funcionan.
Es que creo que si me toman muy literal, entonces no nos entendemos. Yo trato de hablar de la forma como se debe encarar el proceso y la forma como se debe luchar acá. Siempre me preocupa la gente que se sueña que esto es un paraiso y que se estrellan consigo mismos cuando no se atreven a presentar entrevistas porque no "dominan" el idioma.
En Colombia no hay Walmart y en Canadá no hay Superley.
Está bien. Tienen razón. No son igualiticas.
(Ahora, por favor no me vayan a caer encima los que creen que sí es lo mismo encarar nuevos procesos allá que acá y que la artillería la debe traer uno es por dentro)

sábado, febrero 07, 2009

Canadá es lo mismo que Colombia

Esa es mi conclusión después del viaje. 
Acabo de llegar y estoy mamado. Lo pensaré 2 o 3 veces antes de decidir hacer otro  viaje como éste. Muy duro. La ruta por México, aunque más económica resulta ser super agotadora y en especial si se hace en un solo día. Creo que hay que buscar las rutas por USA, así toque manejar un par de horas. Y ahora que hay compañías de bajo costo volando desde La Florida por menos de 300 dólares ida y vuelta...
Echémosle la culpa a la gente. Inconciencia. Uno va de vacaciones, a descansar, pero todo el mundo piensa que uno va con todo el tiempo del mundo (y como tapado en la plata, para algunos). Que uno no tiene sino que atender invitaciones. Y preguntan, cuándo llegaron? Y cuándo se van? Tan rápido! Noooo. Un mes les parece poco. Nos la pasamos de almuerzo en almuerzo y de comida en comida. Claro. Suena muy bien, muy rico. Se siente uno muy querido. Pero, y el tiempo? Y lo que uno quiere hacer?
Además, en cada invitación, todo lo mismo. Decidí que la próxima vez que vaya, alquilo el Santiago Londoño, le envío invitaciones a todo el mundo, preparo una presentación en Power Point con todas las historias sobre Canadá, el trabajo, la comida, el clima, el embarazo de Juana, Victoria y todos los mismos chistes... Que la gente que quiera invitarlo a uno a comer, pues que lleve la comida en "portas" y los vamos poniendo todos juntos a la entrada.
Es que cada visita era lo mismo. El mismo cuento. Claro que no me quejo de la comida, ni de las atenciones, ni de los cariños... pero ay!
Todavía tengo gente reclamándome porque "no se dejaron ver". En fin. Que lata.
Eso toca ir como de incógnito. O irse uno para Santa Marta y que el que lo quiera ver a uno, pues que vaya hasta allá.
Con los viajes entre Montréal, Ciudad de México, Bogotá, Pereira y Cali me di cuenta de que todo es lo mismo. Es el mismo mundo, el mismo planeta, la misma estructura. Es que uno se mete el cuento de que Canadá es otra cosa. Y no hay tal.
Canadá es lo mismo que Colombia. Aquí también hay calles con huecos. Y también hay vueltas que hacer. E igual toca levantarse todos los días a lucharla. Y uno tiene deudas, facturas por montones. No es el paraiso que uno quisiera. Obviamente hay diferencias, pero he pensado que es mejor ver que son más los parecidos. El clima es un poco diferente, como si uno se fuera para la costa o para Barrancabermeja o para Leticia o para Bogotá. Un poco más frío, un poco más caliente, claro. Lo otro un poco diferente es el idioma.
De resto, lo mismo. Aquí no vienen a golpearle a uno la puerta para entregarle los dólares por montones, ni para ofrecerle buenos empleos ni nada. Toca lucharla igualito que en Colombia y probablemente igual que en todas partes.
En Colombia toca buscar y rebuscar para tener un empleo. Mover contactos. Meter hojas de vida a la lata. Igual acá. Igual hay que presentar entrevistas, igual toca competir para poder ganar. Y como nuestro sistema es fundamentalmente basado en lo económico... allá, aquí.
No sé. Busco como darle otra perspectiva al asunto para tratar de que ni yo ni ustedes nos hagamos ilusiones o que nos estrellemos contra una realidad.
De pronto es más fácil si usted llega, se imagina que simplemente llegó a otra ciudad donde no conoce a nadie. No es necesario que piense que es otro país. No. Es simplemente otro sitio. Con algunas costumbres ligeramente diferentes (finalmente es Occidente también). Con gente, con trámites, con filas, con tráfico. Lo mismo.
Haga de cuenta que llegó a Bogotá (claro, si no está en Bogotá) y arranque a lucharla. Arranque a pelear.
Lo mismo que en su sitio de origen.
Es que la sensación que más me ayudó con esta conclusión fue esa del viaje cuando pensaba: Por fín voy para la casa. Y la casa queda en Canadá.