sábado, julio 29, 2006

Participación en el blog

Creo que algo no me quedó suficientemente claro. La invitación a participar está abierta, pero creo que el mecanismo correcto no es a través de los comentarios. No todo el mundo los lee.

La oferta consiste en que aquél que esté interesado me envíe un correo a hernandezjd@gmail.com y yo me encargo de inscribirlo como miembro para que escriba sus artículos directamente sobre el blog, tal como lo he hecho yo hasta ahora.

viernes, julio 28, 2006

Mis hijas

María del Mar, la mayor, me pidió que publicara esta foto. Mariajo no me habla, pero igual quiero que la conozcan.


Invitación a nuevos miembros

Una participante, amiga mía, se ofreció para hablar de su experiencia con los niños. Acabo de enviarle la invitación, para que ella misma pueda publicar sus artículos.

La posibilidad queda abierta para que otros interesados se vuelvan miembros.
Una agencia de viajes latina

Comprando mi tiquete para el viaje, me encontré con una excelente agencia de viajes. Tiene precios fabulosos y la atención inmejorable. Una de las razones es que es una colombiana quien está al frente del negocio. Su nombre: Irma.

Se las recomiendo, porque incluso sirve para comprar tiquetes Colombia - Canadá, desde allá. Claro que imagino que muchos de ustedes van a viajar por OIM, pero lo menciono para casos como el mío donde hay regreso a Canadá.

A otros amigos míos les ha ido excelente en compra de tiquetes a USA también.

Los datos:

Sept Soleils - Agence de Voyages
4388, rue St-Denis, bureau 301
Montréal, Québec
H2J 2L1
Tel: (514) 847 0477 Fax: (514) 847 0107
Las homologaciones

Un lector nos propone un tema bastante interesante: el de las homologaciones. Como no lo había mencionado, pues acá está un apartado con algunos datos.

Usted necesita homologar sus títulos única y exclusivamente para seguir estudiando. Y eso que depende de qué es lo que usted vaya a estudiar. Si por ejemplo, una universidad ofrece un curso de inglés, probablemente la exigencia sea haber finalizado una secundaria. En ese caso, bastará con que usted muestre una copia de su grado de bachiller. Eso es todo.

Si lo que va a estudiar es una maestría, pues entonces es probable que la universidad le exija su título de pregrado. Pero no es una homologación en el sentido que nosotros conocemos. No es una evaluación de todas sus asignaturas para saber qué otras va a tomar. En este caso es probable que le pidan unas "equivalencias" de las que ya hablaremos.

Caso diferente es si usted quiere obtener un título BAC dentro de su misma área. Por ejemplo, si usted es ingeniero industrial, pero quiere obtener un título acá de ingeniero industrial. Probablemente, si usted no quiere hacer todos los estudios, entonces sí habrá un proceso de homologación como lo conocemos.

Conclusión: Todo depende del estudio que se quiera hacer y de la institución.

La otra razón por la que usted podría necesitar una "homologación" es que algún empleador no entienda que significa "Ingeniero Industrial" (lo cual es muy frecuente) y entonces usted necesite mostrar cuál es la equivalencia de ese título acá en Québec. Para este caso, el Ministerio de la Inmigración ofrece un servicio de certificación de la equivalencia. Vale 150 $ y es super fácil de hacer. Creo que en 8 días o menos se obtiene el documento. Normalmente una ingeniería de 5 años de Colombia termina equivaliendo a un BAC de 4 años acá. Algunas especializaciones o maestrías también las valen y terminan equivaliendo a maestrías acá (Estudio universitario de 2o nivel que llaman). Los PhD acá son estudios universitarios de 3er nivel.

Tener las "equivalencias" otorgadas por el Ministerio no sirve de mucho. Salvo, como ya lo dije, que algún empleador tenga dudas.

El problema real consiste en que muchos de los empleadores no están interesados en saber cuál es el título equivalente al suyo. Simplemente le exigen que esté inscrito a una orden de profesionales en su área.

Sobre esto si deben haber leído ya mucho. Rápido resumen: Las órdenes existen para proteger al público. Un ingeniero no podrá hacer un puente que mate a decenas de personas sin antes haber ingresado a una orden. En mi opinión, es el mecanismo instaurado para "privilegiar" a la "ingeniería local" como suele llamarse en Colombia. Proteger al nacional, proteger a los que ya tienen trabajo.

Ingresar a una orden no es difícil. Usted debe presentar una aplicación, pagar unos derechos, hacer unos exámenes, ganarlos!, esperar algún tiempo y listo. Se oyen todas las historias de personas que han presentado los exámenes una y otra vez, que han invertido decenas de miles de dólares y aún no lo han logrado. Los tiempos entiendo que van desde los 8, 10 o 12 meses hasta un par de años o más.

No todas las órdenes son iguales. Por ejemplo, un amigo geólogo, sin exámenes, pero pagando, obtuvo su membresía con permiso para trabajar como asistente. Eso le permite el trabajo y ganar la experiencia para que en una año, contando con su experiencia en Colombia, pueda obtener un permiso definitivo.

Otro amigo, ingeniero civil, se inscribió a la orden de tecnólogos civiles. Parece ser más simple.

Otra condición importante es el trabajo que usted piensa hacer. Por ejemplo, yo, ingeniero electrónico, debería inscribirme a la orden de ingenieros. Como el trabajo que quiero hacer no es de ingeniería, sino de desarrollo de software, por ejemplo, pues la inscripción no es necesaria. Normalmente en las ofertas de empleo que leo, no hacen la exigencia.Espero haber dado la idea general del asunto.

Por supuesto que cada experiencia es personal y cada caso será diferente.

jueves, julio 27, 2006

Tenemos problemas

Ustedes, los lectores, y yo.

Me están escribiendo mucho y eso me alegra. Recibo de todo. Muchas felicitaciones dizque por mi redacición y habilidad para la crónica. Eso habrá que dejárselo a los expertos.

Otros me dicen que debería cambiar el nombre del blog: "Pereiranos a Pereira", "Pereiranos de regreso del Canadá" y "Las aventuras de Juan Diego". No sé si este último, por ejemplo, está "mamado" de mis cuentos y quiere oir más sobre Canadá. Yo sólo cuento lo que me pasa casi a diario. Seguro que no escondo datos de los que ustedes están ávidos.

Todos quieren saber sobre mi regreso. Bueno, pues lean con atención.

Empiezo por decir que sí, que regreso a Colombia. El 21 de septiembre estaré llegando a Bogotá y me quedaré allí por lo menos durante el fin de semana. Luego, pa' Pereira.

Muchos quieren saber si es definitivo. Pues creo que es tan definitivo como mi decisión de venirme para Canadá. O como el amor, que según García Márquez, es eterno, hasta que se acaba.

Realmente mi decisión es bastante personal y no tiene nada que ver con Montréal o con Québec. Alguien preguntaba si existe la posibilidad de que me quede si las cosas cambian en Québec. Mi respuesta es que no estoy esperando que nada cambie. Hasta ahora todo me ha parecido bien. Con contarles que hasta empieza, peligrosamente, a gustarme mi trabajo.

Yo no me regreso porque no se pueda vivir en Québec. Este es un país que me llena en una que era mi expectativa principal y es la que tiene que ver con el intercambio cultural. La seguridad en el aspecto social y de salud es real. Los trabajos abundan (por lo menos los trabajos corrientes) y siempre habrá algo qué hacer para sobrevivir. Si no, pues ahí están las ayudas del Estado y demás. Para los niños, ni se diga. El futuro es promisorio. Montréal no es ni cinco de aburrida y siempre hay mucho por hacer.

La razón de mi regreso tiene que ver con mi situación particular, como ya lo dije. No soy una persona solitaria y finalmente no me adapto fácil a la soledad de acá. Regreso a tratar de recomponer mi vida afectiva.

Mi regreso no tiene que ver con las niñas. Ellas se van para España y es casi seguro que ni siquiera alcanzo a verlas para despedirme. Deben estar saliendo a finales de agosto.

Mi regreso a Canadá? Es una posibilidad. La residencia es válida por 5 años y para no perderla, entiendo que en el momento de la renovación, el gobierno evalúa si usted vivió acá por lo menos 2 de esos 5 años. Eso me da como 3 años y un cuncho para regresar. Mi regreso dependerá fundamentalmente de que logre resolver mi situación emocional y de que no me vaya demasiado bien en Colombia en el aspecto laboral.

Una de las cosas que quiero hacer en Colombia es dedicarme a las asesorías para la emigración e instalación. No a los precios de los asesores y no necesariamente como intermediario. Pienso entregar a mis clientes mucha información aquí recopilada y especialmente la que les permita ahorrar dinero y obtener más rápidamente el éxito del proceso. Los interesados me pueden escribir. (hernandezjd@gmail.com). Voy a ofrecer de todo. Cursos de francés, simulaciones de entrevistas, llenado de formularios, recolección de documentación, llegada a Canadá, búsqueda de empleo, papeleo inicial, organizaciones de ayuda, etc.

El problema que tenemos ahora es que no sé qué hacer con el blog. Después del 21 de septiembre no será mucho lo que pueda contarles sobre Canadá.

Escucho (leo) propuestas.
Los mexicanos

Se fueron el domingo. Qué despedida tan emotiva. Abrazos, llanto. Casi lloro yo, que soy bastante sentimental, así que tampoco hubiera sido raro.

Yo me había comprometido a acompañarlos al aeropuerto, por si algún problema adicional se presentaba. Se tomaron fotos conmigo, me grabaron en sus videos.

Se supone que quedé como con veinte casas en México. Algún día quisiera de verdad volverlos a ver.

En la tarde, fui con mis amigos Diana, Javier, John y Adriana a la fiesta de los peruanos. Nada que ver con la nuestra. Ésta, bastante cultural. Grupos de danzas muy bellos.

Comí seviche de pescado y camarón, como era debido. La comida peruana es excelente. Ya había tenido ocasión de comerla en Santa Rosa, un poblado peruando limítrofe con Leticia en el Amazonas.

domingo, julio 23, 2006

Otro encuentro

Ayer llamó Edgar desde Colombia. Es un amigo de Martha, la dueña de la casa.

El hombre es el fundador de AC Canadá, una compañía que ayuda a la gente a emigrar hacia acá. Resulta que me estaba buscando precisamente a mí. Ha leído el blog y quería saber si le podía ayudar en algunas tareas.

Bueno, otro encuentro más. Bastante agradable.
Un grato reencuentro

Me escribe un corresponsal preguntándome si yo soy el Juan Diego Hernández que estudió en el colegio Popular Diocesano en Pereira y si me gradué en la promoción del 85. Efectivamente.

Resultó ser un viejo compañero del colegio. Desde acá un saludo grande para él. Su nombre es Carlos Hernán y era el más inteligente de la clase. Con sólo ver la forma como me escribió pude constatar que era él. Vive en Medellín y es ingeniero mecánico de la Tecnológica.

Cada vez pienso que el blog lo lee más gente de la que me imagino.

Si usted se tomara la tarea chiquita de enviarme un pequeño corre diciendo: "Soy otro", podría tener un sondeo real. (hernandezjd@gmail.com). Gracias a usted también por leerme.

sábado, julio 22, 2006

Imagen del divino niño, torta, leche, papas fritas, pasta de ajo con mexicanos en un cuarto de hotel

Esta historia finaliza tal como lo describe el título. Termino con una imagen del divino niño entre el bolsillo, comiendo todo lo que enumero, rodeado de adultos mayores mexicanos en un cuarto de hotel del Centre-ville. Recuerden que no soy creyente.

Olvidé contarles la anécdota sobre cómo terminé de traductor para los policías que interrogaban a un mexicano, supuesta víctima de un quebeco drogadicto, en el metro Papineau, el domingo temprano cuando esperaba a Javier, Hildebrando y Harold para ir a La Ronde. Esa historia así se quedó. Harold nunca fue porque se marió, como siempre. Lo peor es que Javier, enguayabado, creyó que fue Harold quien llamó, cuando en realidad fue Hildebrando quien lo hizo esa mañana para decirle que llegaba temprano. Estuvimos esperando a Harold sin necesidad. Un premio para el que haya entendido.

Hoy fui al aeropuerto con 2 objetivos. El primero, conocer el camino pues el 10 de agosto llegan Diana y Edwin y me comprometí a ir a recogerlos. En taxi son 35 o 40 dólares, según aprendí hoy y preferí conocer la ruta en metro y bus. El segundo, comprar mi tiquete de regreso a Colombia. La página de Air Canada no permite pagar con tarjeta débito. Comprar en una agencia tiene recargo. Comprar en el aeropuerto, igual tiene recargo de 20 $, por no comprar en línea. Señorita, pero si no es mi culpa que su página no tenga un mecanismo para pagar con tarjeta débito. Qué puedo hacer? Rien à faire!

En el aeropuerto recordé que en el mundo no sólo existen Avianca y Air Canada. Decidí cotizar con Mexicana y con Cubana. Ninguna funciona en fin de semana. La niña que me guió me hizo ir hasta información para que me dieran el teléfono de Mexicana. Hablaba el mejor español que le haya oído a un extranjero.

Estando en información llegaron un señor y tres señoras intentando explicar que tenían un problema. El señor se dirigió a la funcionaria preguntándole si hablaba español. Ella espontáneamente dijo, en casi perfecto español: “No, yo no, pero él sí”, mientras me señalaba con el dedo. Yo dije que claro, que si en algo podía ayudar, que con gusto.

Pues resulta que eran turistas mexicanos a quienes les robaron una maleta en un restaurante Sub Way cerca del hotel, en el centro de la ciudad, con tan mala suerte que dentro estaban los tiquetes de él y de su esposa, al igual que sus pasaportes. Hacían parte de un grupo de 20 turistas, todos mexicanos. El señor era el único hombre. La señora se estaba muriendo de la angustia. Otra de las señoras era la líder del grupo.

La niña que hablaba español y que trabaja para el aeropuerto se esfumó para regresar al rato con un policía enorme, de los de sombrero típico canadiense y todo. Con él fue gran parte de la conversación-traducción. La niña volvió a desaparecer. El policía, que luego supimos se llamaba Michel, quería conocer los detalles del robo y si los mexicanos lo habían reportado. Efectivamente sí lo habían hecho pero no tenían documento alguno que lo probara ni el número del reporte que se supone que les debieron haber dado al llamar al 911.

Michel llamó al hotel, a la policía y a 3 o 4 sitios más para intentar encontrar pruebas del reporte. Efectivamente, puesto de policía 20, PDQ 20, reporte con la fecha 060722 y el consecutivo 026. PDQ 20 060722-026. Michel insistía en que los mexicanos debían darle una tarjeta de negocios (de las de empresas) que se supone un policía les había entregado. Los mexicanos lo negaron todo el tiempo.

Con el número y todo aclarado en un nuevo papel blanco y reluciente (Michel ya se había cansado de rayar mil cosas en una pequeña tarjeta del hotel que cargaban los mexicanos) nos dirigimos a Air Canada para saber qué se podía hacer. Qué lío. Sin pasaportes era imposible hacer un vuelo internacional. Debían esperar hasta el lunes a que el consulado abriera. Ellos estaban realmente angustiados.

Forcejeando un poco con los funcionarios de Air Canada, mostrando algunas identificaciones mexicanas, logramos que aceptaran los “carnés de votación” como documentos válidos. Expidieron copias de los tiquetes y dejaron el registro en el sistema para que pudieran viajar al siguiente día.

Error número 1: sacar los pasaportes de la casa o del hotel, sin necesidad. Error número 2: al sacarlos, no asegurarse que estén, como dice mi papá, pegados al cuerpo (igual que la plata).

Resulta que cuando estaban en el restaurante, entró una pareja de árabes, según parece. Ella con el cabello cubierto. Llegaron con 5 muchachitos necios y bullosos corriendo por todas partes. Pues se metieron por debajo de las mesas y se llevaron el maletín, mientras que los papás vigilaban y nada ordenaban. Los mexicanos estaban tranquilos en Canadá, un país seguro.

Me invitaron a regresar al centro en el taxi que iban a tomar. Acepté. No pudimos encontrar un taxi que llevara a 5 y entonces decidieron que mejor querían que yo les enseñara a tomar el bus y el metro. Por qué no?

Caminando hacia el bus, Antonio, el mexicano, extrajo de su bolsillo la tarjeta que el policía le había entregado con el número del reporte. El que le tomó cerca de 20 minutos encontrar a Michel.

Finalmente, muy agradecidos, me invitaron a comer pastel con café. Lo cambié por leche, por supuesto.

Resultó ser un grupo muy unido de personas mayores. Todas las señoras lloraban. Se abrazaban. Parecía la gran catástrofe. Realmente estaban angustiados y parece que el susto fue bastante grande. Resultó por demás coincidencial que mi nombre es exacto al del santo mexicano Juan Diego al que se le apareció nada más ni nada menos que la Virgen de Guadalupe.

Pues resulté ser el ángel enviado por Dios, el obrador del milagro y mil agradecimientos más. Entre ellos el regalo con fervor, oración y todo de un rosario con la imagen del Divino Niño, proveniente de Medugori. Me hizo sentir bien haber sido útil. Con el rosario que me regalo Caro, ya van 2. Muchos para un no creyente o no?

La policía llegó a los pocos minutos de haber empezado nosotros a departir. Traían algunos de los documentos de la señora. Un “itinerant” los había encontrado en la basura.

Llegaron rápido a las manos de la policía, no?
El trabajo

Ahora sí les cuento cómo fue mi primera semana de trabajo.

Además, ustedes ya me han visto.

El edificio, hagan de cuenta Torres Nakatomi, si no estoy mal (Duro de Matar). Del mismo color, pero más imponente. Más moderno. El vigilante de la entrada, más elegante que el presidente de la compañía, seguramente. Igualito al de la película. Ya entradito en años, cabello canoso pero bien peinado. Lentes que le alcanzan a dar tinte de intelectual. El sitio, con todo y los tableros de control, los computadores, las docenas de pantallas. Insisto. Mejor que el de la película.

Pasa el típico hombre, de raza latina, con su carro de basuras y elementos de limpieza. El pantalón azul oscuro, la camisa azul clara. De manga corta y con un logotipo bien trazado en el bolsillo. Claro que de tenis, que no combinan mucho. El trapo normalmente colgando en uno de los bolsillos de atrás. Como en las películas. Normalmente van oyendo música con un walkman (MP3 ahora). También arrastran su carrito de agua en el que escurren el trapeador.

Es el tipo que es una de dos: o es el malo y viene disfrazado y aprovecha que tiene todas las llaves o es el chistoso que termina salvando al héroe porque preciso las 2 horas que vio de computadores en el colegio le sirven para violar la seguridad del computador servidor más grande de la ciudad, justo antes de estallar la bomba.

Recuerdan al tipo latino de las películas que les trato de describir? Recuerdan o no? Bueno, pues ese soy yo. Sólo que sin el trapo atrás, sin el MP3 y con una aspiradora adicional al carro de basuras y al carro del trapeador.

5.00 pm. Cuando uno llega, el vigilante saluda en su francés perfecto, me hace firmar una hoja de registro en la que no aparece nunca mi nombre y siempre tengo que tachar a otro. Es el registro de entrega de las llaves y de los comandos electrónicos. Pisos 18, 10, 2 y Cascadas. Mis llaves sólo sirven para eso.

Con las llaves pasamos a la oficina "entretien ménager". Todos nos cambiamos y alistamos las bolsas de basuras en los carros. Hay de todos los tamaños y todavía no entiendo cuáles son para qué, ni donde se acomodan y en fin. Preparamos el agua para el trapeador, que por su nombre en francés todos le llaman "mapo". Existe un aparato que suministra las dosis correctas de "neutro", de "desinfectante", de "antibacterial no se qué", de "detergente no se cuánto". Nunca lo usan. A lo colombiano, un poquito de éste, un poco de este otro, el lunes. El martes, cambiamos a otro o a uno. No importa.

Se acomoda una bolsa grande para la basura en un costado del carro y otra más grande para el reciclaje.

El trabajo en cada piso consiste en recoger por lo menos 2 basureros en cada puesto de trabajo y oficina. Uno tiene desechos orgánicos, chicles y café regado y el otro papel y documentos a la lata, incluido cartón. En baños y cocinas se deben reemplazar las bolsas que protegen las canecas, incluyendo las bolsas donde se arrojan las toallas de secado y las toallas higiénicas de las damas.

Creo que se llama "reciclaje en la fuente". Cada tarro es diferente y perfectamente identificado. Cada usuario se encarga de arrojar cierto tipo de basuras en uno y los materiales reciclables en el otro. Para qué? Para que vengan los empleados latinos e igual revuelvan a veces todo, sin importar mucho. El reciclaje en el mundo funcionará cuando sean los norteamericanos o los europeos mismos quienes hagan todo el proceso de tratamiento de las basuras. O que los latinos entendamos la diferencia. Cuál pasará primero?

Luego de recoger toda la basura (cerca de 1 hora por piso, pues pueden ser cerca de 40 puestos) se procede a pasar el "mapo" por los pisos no entapetados: baños, cocinas, cocinetas, centros de copiado. Luego del mapo, se pasa la aspiradora por los sitios más críticos y en especial a la salida de los sitios no entapetados: baños, cocinas, cocinetas, centros de copiado.

Cada día de la semana es necesario darle una cierta atención especial a ciertos pisos, para asegurarse de recoger todo el polvo. En este caso se aspira todo el piso, sin importar si la mugre se ve o no.

Las oficinas son verdaderamente espectaculares. Hay algunas que no es posible imaginarlas mejor. La decoración, los muebles, los espacios, la vista! El edificio está localizado en pleno Centre-ville en una zona exclusiva, con panorama hacia el campus más destacado de la universidad de McGill.

7 pisos diarios. El 18, el 10, el 2 y Cascadas, el nombre de una empresa, que tiene 4 pisos en un pequeño edificio dentro del gran complejo.

Por supuesto cuando uno va apenas en el segundo piso, el primer día, uno ya no quiere seguir con ese trabajo. Es muy agotador. Ni se diga al final de la jornada a las 12 de la noche o 12.30 am. Si me preguntan a esa hora, no vuelvo jamás.

Supongo que ya estoy suficientemente apenado con no haber podido con las lechugas. Así que creo que me gané unos 300 o 350 dólares durante 5 días de trabajo, los más duros de toda mi vida. Como estoy comprometido a finalizar los reemplazos y porque me sigue dando pena con mis lectores, prometo terminar las 7, 8 o 9 semanas que me faltan...

... antes de regresar.

viernes, julio 21, 2006

La fiesta de Colombia

La Asociación de Profesionales Colombianos en Québec me pidió que les colaborara con la organización. Fue una coincidencia. Estaba en la casa de mi amigo Mauricio y alguien le decía a él por teléfono que necesitaban un programador/analista. Yo. Interesado en la oferta, decidí ayudar. Valga la anotación: sólo por interés.

No. Mentiras. Me pareció una oportunidad interesante para conocer a la gente de la asociación y de paso saber de qué se trata y en qué podría serme útil para el tema laboral.

El trabajo lo hicimos el sábado 15 de julio, en el parque Laurier, cerca de la casa de mis amigos Javier y Diana. El parque es inmenso. La tarea consistía en acomodar las mesas de picnic en un sitio dispuesto para ello y en encerrar todo el parque con una cerca montada por pedazos. Bastante pesado el trabajo y en especial porque llovió casi toda la tarde.

Durante el trabajo conocí a Homero, mexicano. Resultó que alguna vez había leído el blog. Creo que me reconoció por el dedo. Ya dos extraños me parece mucha popularidad. No se imaginan cuánto me alegra saber que hay otro lector. Así que no sobra que escriban aunque sea para decir "Soy otro" (hernandezjd@gmail.com)

La fiesta era para el domingo 16. Fue excelente. El ambiente muy delicioso al igual que la comida. Por supuesto, muchos colombianos, pero también mucho quebeco interesado en nuestra cultura, nuestra gastronomía o simplemente sin nada que hacer.

Lo bueno de la fiesta es que cada uno se queda en el ambiente que quiere. O cerca de las orquestas bailando a pleno sol, o en las mesas comiendo y departiendo con los amigos. Yo preferí la última. Mis amigos Diana y Javier conocen a media colonia, porque además creo que han recibido a la mitad en su propia casa. Conocí también a la que sería mi jefe, Patricia. Ya les hablaré de ella y del trabajo.

Les dejo algunas fotos para que se hagan a la idea del ambiente. Isabela siempre tan cansona queriéndose sacar fotos con todos. Yo sí le dije que estaba muy ocupado descansando.

Aquí Diana (izq) y Gladys (der), la esposa de Hildebrando.



Departiendo con los colombianos.



Primer plano de Diana y de Manuela, la bebé.



Les dije que Isabela se pone cansona a ratos.



Las 2 mesas de las que nos apoderamos desde las 10 am. A las 2 pm creo que nos quedaba media. Todo el mundo se quería sentar. Pues había espacio...

Las fotos de La Ronde

Lo prometido es deuda.

Aquí estoy con mi amigo Hildebrando, a la entrada. Él fue de puro valiente. Le teme a las alturas y fue únicamente para probarse y eliminar el miedo. Creo que no sirvió.



Una panorámica de Le Monstre. Prácticamente todo en madera. Para entender de que hablo es necesario leer un artículo anterior.



Estos somos Javier, Hildebrando y la estrella. No entiendo mi gesto. La máquina estaba parada. De hecho, yo tomé la foto. Este es el momento de la varada, ya relatada antes.



Esta es una toma de Goliath, desde abajo. Exactamente en el sitio donde se varó el aparato.



Otra panorámica de Le Monstre.



Vampire. No importa donde están los pies ni la cabeza. Es realmente bueno.



Este es La Cobra. El carro se alcanza a ver, camuflado entre el verde. Este es el juego donde uno va de pie.



Otra panorámica de Vampire. Se ve la subida principal.



La Órbita. Antes del lanzamiento.



Después del lanzamiento.



Una panorámica del puente Jacques Cartier, desde el parque.



Splash



Desde arriba. Se ven Cobra, Vampire y Órbita.



Goliath desde arriba. Da una buena idea de lo que es.



Una vista del río San Lorenzo. Recuerden que el parque está sobre una isla.



Otra panorámica final y bastante espectacular de Le Monstre.

miércoles, julio 12, 2006

El resto de la semana

Me tocó hacer otro artículo. El anterior estaba quedando muy largo.

Ahora sí viene un resumen de la semana.

El lunes lo utilicé casi todo en mi trasteo. Encontré otra habitación en el centre-ville, en un barrio muy exclusivo llamado Plateau Mont-Royal, en el costado norte del parque que tiene el mismo nombre y que ustedes encontrarán muy fácilmente en los mapas. La habitación es en la casa de una señora colombiana, dedicada al negocio de la administración de propiedades.

Aprovecho para contestar una duda de un lector. Hasta ahora yo no he firmado ningún papel de contrato. Claro que una cosa son las habitaciones… Creo que en general no hay mucho problema para encontrar vivienda y que los contratos son relativamente sencillos. No existen las pesadillas de fiadores ni cosas de esas. Sí creo que es más fácil cuando uno es recomendado y cuando se tiene empleo. Aún no tengo esa experiencia.

El cuarto es pequeño, pero la casa es muy agradable. Viven colombianos y un par de hermanos mexicanos. Aunque el sector es exclusivo, no es nada suntuoso. Es cerca de una zona muy comercial también.

El trasteo, súper agotador. Decidí hacerlo en bus y en metro. En total fueron 4 viajes. No hago sino pensar en qué es lo que voy a hacer en caso de regresar a Colombia. De dónde saqué tanta vaina?

Hoy, miércoles, ha sido un día bastante productivo. En la mañana fui con mi amigo Javier, su esposa Diana y la bebita, Manuela, a la empresa donde él trabaja. La idea era hacer una aplicación para conseguir un trabajo en limpieza de oficinas. El palancazo, que aquí es visto como perfectamente normal y casi la mejor forma de conseguir un trabajo, es otra colombiana, jefe de equipo de Javier.

Al medio día fui a un centro en Angrignon para inscribirme en un curso de francés a tiempo parcial. Un profesor con muy buen acento me hizo una evaluación de minuto y medio y me dejó en el nivel intermedio. 4 colombianos, 2 mexicanos, una turca y una libanesa. El curso bastante bueno y animado. Buena la metodología y bueno el profesor. En tiempo de verano, creo que el horario va a ser de 12.45 pm a 3.45 pm, de lunes a miércoles. Al final, el profesor me encontró en mejor nivel del que pensó, pero ambos coincidimos que nada perdía quedándome para revisar algunos conceptos y practicar algunas bases.

Una de las colombianas está casada con un quebequense que recién perdió su empleo en un recorte y está trabajando por su cuenta como programador. Ella me invitó a un BBQ para el día de mañana en su casa, para poder conocer a su esposo. Espero salga algo de ahí.

Al regresar a la casa en la tarde, recibí un mensaje que decía que mañana debo recoger mi uniforme para la limpieza. En primera instancia, parece que tengo trabajo. Entiendo que debo hacer unos reemplazos a partir de la próxima semana.

Una buena semana, creo: nueva casa, inicio de estudios, probablemente un trabajo. No me quejo.

Acabo de enterarme que soy hombre libre, de nuevo.

Es buen momento para contarles que decidí no traer a mis hijas, como estaba previsto para el 3 de agosto. No es precisamente un tiempo de estabilidad, no tengo un lugar para alojarlas, no es prudente empezar un trabajo pidiendo permisos. Me queda la tarea de saber qué pasará con las visas de ellas.

No es pequeño el hueco que siento en el corazón. La próxima vez que voy a ver a mis nenas se convierte en una completa incertidumbre. Mi papá dice que por ahora lo importante soy yo. Estoy apostándole un poco a eso.
Una semana movida

Supongo que debo ofrecer disculpas. La verdad es que cada vez es menos el tiempo que me queda para escribir. Prometo, sin embargo, seguir intentándolo y cuando menos hacer una publicación semanal donde, como en ésta, hago un resumen de lo más destacable.

Esta semana, la empiezo a lo gringo, por el domingo.

Me fui con Javier y otro amigo, Leo, para la Ronda. Llegamos muy a las 9 am, para esperar a que abrieran a las 10 am. 40$ menos los 5$ que rebajan por la promoción de las latas de Coca Cola, 35$. Valen la pena. Hubiera pagado hasta 200$ por el día que pasé.

Empezamos con Goliath, la montaña rusa más alta y rápida del mundo. Es verdaderamente buena. La primera caída no se parece a nada. Parece una pared, aunque en realidad es como de 70 grados de inclinación. La velocidad, increíble, como de 110 kilómetros por hora. Las siguientes 3 o 4 caídas son mejores que la mejor de las que hubiera probado jamás en Colombia. De ahí en adelante, la velocidad. Es una máquina muy bien hecha, supremamente suave y silenciosa. Parece del futuro.

Esa hermosura de máquina del futuro se varó en el presente cuando íbamos a llegar al desembarcadero. A 5 o 6 metros de él y a 10 sobre el suelo. Había un problema eléctrico. Estuvimos al sol como una media hora. Los seguros que lo sostienen a uno son demasiado seguros y no podíamos bajarnos. Estábamos atrapados. Lo simpático es que justo a la derecha del vagón había una pasarela perfectamente accesible, con baranda y todo, para caminar hasta el sitio del desembarque.

Finalmente, vinieron los oficiales de seguridad, llave en mano, para quitar los seguros. Me fui a parar con mis amigos cuando nos tocó el turno, porque venían sacando a la gente por filas una por una. No fue posible. Con una mirada prácticamente amenazadora y una orden, me hicieron quedar en mi sitio. Sin seguro y a 10 metros del suelo. Resulta que a cada persona la llevaban hasta el desembarcadero, por la pasarela, y asegurándose de que cada uno se sujetara de la baranda, y escoltado por un oficial adelante y otro atrás. Dos para cada persona! Me tocaba esperar que mis dos amigos salieran primero. Luego del reporte del incidente y de la toma de todos los datos personales, nos dieron pases para entrar por la “sortie” en cualquier juego. Estaban destinados a repetir Goliath.

El siguiente en la lista era Le Monstre. Seguro muchos ya lo conocen, y al igual que Goliath y los que siguen, por las series de Discovery Channel donde muestran las montañas más grandes y rápidas del mundo. De las que monté, ya había visto unas 4 por TV.

Le Monstre es famosa porque está construida casi en su totalidad en madera. Les prometo algunas fotos para esta semana. Como sigo siendo de los pobres, dependo de que mis amigos me dejen quemar todo lo que consignaron en sus aparatos. La montaña no produce mucho vértigo en su primera caída pero sí es bastante rápida y llena de movimiento. Se me asemeja más a una carrera “cross”. Lo otro interesante de la montaña es su estructura y más cuando se le ve desde adentro a 60 o 70 kilómetros por hora.

La siguiente en la lista era Vampire. Desde afuera, muy linda la estructura. Lo extraño de esta montaña es que uno no va encima de los rieles, sino debajo. De allí el nombre. Uno está prácticamente colgado. Aunque la posición del cuerpo es sentado sobre una silla, la misma está agarrada de la estructura por su parte superior. Los pies cuelgan en el vacío. El juego resultó ser mucho más difícil que Goliath. Mucho más rápido y las sensaciones más fuertes. No conocíamos el recorrido y así, cada curva, tornillo y “loop” eran un susto nuevo. Verdaderamente buena. Se alcanza uno a marear, por la cantidad de cambios de dirección no previstos.

Orbita es bastante simple pero no por eso menos emocionante. Un tubo bastante grueso y hasta el cielo de alto. 4 sillas, cada una de 3 pasajeros, agarradas cada una en cada punto cardinal del tubo, en la parte baja del mismo. Uno se sienta, se asegura y espera. Anuncian el despegue. Un despegue! Es un ascenso de unos 40 metros a una velocidad que no puedo calcular. Esa es la sensación. La caída no es nada comparada con la sensación de vacío en el estómago cuando uno es lanzado hacia el cielo.

Splash es la barca típica que navega sobre una corriente de agua y que tiene como único propósito mojar a los pasajeros. Menos mal hacía bonito día. Se diferencia de la del parque del café en que aquí uno va realmente bien sentado y protegido, aunque es más corta. Lo otro divertido es que los incautos deben ser cuidadosos a la hora de la salida, para que el carro que está apenas cayendo no acabe de completar la tarea de lavado. Con su caída, parte del agua desalojada cae sobre el puente de madera que se debe cruzar al finalizar el juego. Sólo se requiere un poco de cálculo y como lo hizo mi amigo Javier, estar pendientes sobre los sitios secos. Allí no ha caído, ni caerá agua. Leo no hizo bien las cuentas.

La siguiente que probamos fue Boomerang. Ya verán el por qué del nombre. Lo que sí debo decir es que el inventor del juego está realmente loco. Cómo se le ocurrió semejante aparato? Voy a intentar describirlo. Empieza con la caída. Por supuesto para caer, es necesario subir, pero no por el otro lado. Uno sube por el mismo lado de la caída, jalado por un cable y en reversa. Es un tren de 6 o 7 vagones, cada uno con capacidad para 4 personas. Luego de la caída, el tren asciende rápidamente y hace un tornillo que nos pone patas arriba un par de veces, para luego hacer otra caída muy emocionante hacia… otra subida. Pero esta nueva subida no tiene nada al otro lado. Ahí para el tren, es agarrado por una cadena que lo hace subir aún más, para completar este ascenso. Estamos mirando hacia arriba, hacia el cielo, en dirección del final del recorrido, en esta última subida, pero sin ningún destino, porque como ya dije, no hay otro lado. Entonces el tren es soltado y se descuelga, obviamente hacia abajo, pero en reversa! Resulta que todos los tornillos y vueltas se repiten, pero esta vez no hay forma de saber cómo va a pasar ni donde vamos, porque viajar hacia atrás y muchas veces con los pies hacia el cielo hace perder la orientación a cualquiera. Mucha velocidad y muchas emociones. Realmente de las mejores.

Le Cobra es otra montaña rusa con forma rara. En el recorrido y sensaciones, muy parecida a Vampire. Acá, la posición es de pie. Exactamente. Uno va de pie, protegido y todo, pero enfrentando la velocidad directamente en la cara. En esta ocasión Javier y yo tuvimos la paciencia para esperar el turno que nos permitiera ser los primeros en el vagón. Es que acá se inventaron un sistema bastante justo para que uno elija el lugar que quiera en los trenes. Al llegar al embarcadero, la fila se divide en 6, 7 u 8 filas más pequeñas, cada una al frente de una línea del tren próximo a llegar. Usted decide cuál hace. Por supuesto las mejores posiciones son las más solicitadas y son las más largas. Si usted tiene paciencia y tiempo, y quiere, pues hace filas más largas.

Repetimos Goliath. Esta vez tuve la valentía de soltar las manos. Creo que estoy en una de las fotos automáticas que por supuesto toman y venden a manos llenas.

Finalmente montamos en una montaña rusa rosadita, que hacía honor a su color. Creo que es exactamente igual a la del Salitre en Bogotá. Tiene un par de bucles que no alcanzan a emocionar a nadie o por lo menos no a los que empezamos por las de verdad.

Fue realmente un buen día. Uno termina muerto. Vale la pena hacer el esfuerzo de comprar un pase para toda la estación, por 200$ y así poder regresar con los niños 2 o 3 días más. Para ellos también hay una infinidad de juegos y espacios increíbles. Me gusta mucho que el parque sea de la ciudad. Es el sector público quien aprovecha los recursos en beneficio de todos.

sábado, julio 08, 2006

La otra casa

Como este blog tiene también el propósito de ser un registro personal, permítanme dejar acá el registro de los días que estuve en La otra casa. Desde el martes 4. Hasta ahora. Perdónenme por evitar los detalles. Creo que es bastante personal.
Fuegos artificales

El verano es bastante movido, finalmente. Lo que pasa es que yo soy malo para salir, más solo, y además malo como para ponerme a buscar cosas para hacer. Para los que les guste y sepan cómo hacerlo, seguro no se aburrirán jamás en Montreal. Realmente la variedad de actividades para hacer es grande.

Organizan acá un concurso de fuegos artificiales entre países. Cada país hace su presentación a las 10 pm de cada día, durante casi una hora. El evento tiene costo, pero obviamente por tratarse de fuegos artificiales, hay muchos sitios en la ciudad desde donde se pueden ver. El centro del espectáculo es de nuevo el parque Jean-Drappeau.

El domingo fui con mis amigos Diana y Javier, las niñas y otra pareja de esposos amigos de ellos, muy queridos por cierto, Leo y Gladis. El país de esa noche, Argentina. Los fuegos, bastante espectaculares y lindos.

Lástima que la noche estaba bastante fría y hacía mucho viento. Además, habíamos escogido como punto de vista el puente Jacques-Cartier, que precisamente no nos protegía muy bien del fenómeno. A quien le gusten más, pues podría tener creo que cerca de 15 noches bastante divertidas.
Festival Internacional de Jazz

Siempre quise ir. Siempre dije que una de las cosas chéveres de venir a Montreal era poder asistir al Festival Internacional de Jazz, igual que a la Fórmula 1.

No piense el lector que tengo alguna idea de la música jazz. Cero. Simplemente me gusta. Es un género tranquilo y que me da cierta paz.

El sábado, sin nada que hacer, como para variar, decidí que debía salir. La dueña de la casa ya me lo había sugerido. Yo sabía que el Festival estaba ahí, pero no tenía idea de dónde era o si tenía algún costo. Dada la situación, no tenía la más mínima intención de gastar dinero en eventos. Ella me había dicho que había eventos gratuitos y que además debía aprovechar. Que yo no sabía si iba a tener otra oportunidad. En eso tenía toda la razón.

El sitio se llama Place des Arts. Corresponde a una estación del metro por la que había pasado muchas veces, así que llegar allí era bastante fácil.

Llegué a una esquina de la calle Maisonneuve. Una calle importante de las del centre-ville. Había mucha gente caminando, una tarima y un escenario con el logotipo de General Motors. Me hice a un folleto con la programación del festival que mostraba que había de todo, todos los días, desde el mediodía y hasta la media noche.

Me senté un rato a observar la gente pasar y a esperar que algo pasara. Sólo se veía a los técnicos preparando el escenario en la esquina opuesta y en otro par de escenarios más a una o dos cuadras del lugar.

Luego, decidí caminar, buscando un evento programado para las 5 pm. Utilicé el mapa que venía con el folleto. Resulté en medio de una plaza, rodeada de hermosos edificios, todos dedicados a temas culturales. Museos y demás. Una hermosa fuente. Muchísima gente. Restaurantes, souvenirs y todo tipo de negocios.

Finalmente encontré el primer escenario donde había un grupo de jóvenes tocando una música alegre y con algún tema muy divertido. Ellos lo disfrutaban bastante. En el centro del escenario una muchacha muy hermosa, tocando un instrumento bastante grande, con forma de acordeón (no tengo ni idea de cómo se llama, pero ciertamente no era un acordeón, pues era muy grande)

Me compré una Heineken (6.25$) y caminé un poco por el lugar.

Los eventos son cada hora. Fui a otro escenario mucho más grande en la calle Ste-Catherine, que hace parte de Place des Arts. Otra esquina, mucha más gente. Este era un jazz mucho más tradicional y estaba demasiado lejos como para atrapar mi atención.

En medio de la gente, siempre, animadores y eventos pequeños. Una mujer bailando al estilo árabe, invitando a la gente, a los niños a hacer coreografías. Cantos en español. Payasos y malabaristas. Vi un evento de acrobacias entre dos mujeres, bastante gorditas y de cierta edad, como para que uno pudiera imaginar que podían hacer las cosas que hicieron. Bastante simpáticas, además.

No aguanté la tentación de comerme un hot dog con salsas y todo (yo no como salsas). Una salchicha gigante, por favor. “Epicée?”. “Je ne comprends pas. Qu’est-ce qu’épicée?”. La dama, muy querida, lo dijo en inglés, como siempre. No entendí. Afortunadamente un señor bastante amable que ya se iba, preguntó “español?”. “Si”. “Picante”. No me atreví. 3.75$, sin gaseosa ni nada.
Desde las 7.30 pm ya había gente esperando un evento nuevo en la esquina de Ste-Catherine. Una espera dura, porque uno está sentado en el suelo y los espacios se empiezan a apretar. No sé ni por qué me quedé ahí, pero no me arrepentí. Leyendo en el folleto descubrí que se trataba de una cantante brasilera con un grupo con gente de Québec.

Música brasilera!! Otra de mis favoritas. La cantante resultó bastante buena y la disfruté, incluso cuando comenzó a llover.

sábado, julio 01, 2006

Una semana de pequeños fracasos

Empecemos por la platica que se perdió en el examen de conducción el día jueves. El alquiler del carro cuesta 40$ y el examen mismo 25$. Ellos son bastante exigentes. Un error tonto en un "pare" y listo. Examen perdido. De cualquier forma, la vuelta resulta ser otra buena clase de conducción. Tal vez mejor que la que había tomado particular.

Acá en los cruces, cuando hay un pare, puede ocurrir que los que van en la otra vía, también tengan pare. La regla es simple: el primero que llega tiene la prelación. Lo que me parece muy difícil es retener en la mente quién sigue cuando hay 3 o 4 carros en cada una de las 4 esquinas. Yo veo que todo el mundo se lanza, se cruzan, jamás se tocan.

Toca esperar más de 3 semanas para el siguiente intento. El próximo mío, y último creo, es el 3 de agosto. Digo último porque creo que si no paso el examen no le puedo seguir gastanto 65$ a cada clasesita. Por lo menos no durante mucho tiempo.

Ayer viernes fui a mi primer día de trabajo en Canadá. Mis primeros 23,25$ ganados acá.

Háganse una idea de la imagen. Madrugada nuevamente 4.45 am para tomar el metro a las 5.37 am y llegar a Longueil a las 6.10 am. Habían dicho que los buses partían entre las 6.00 y 6.15 en punto! Desde el día anterior había solicitado el espacio por teléfono. Casi no entiendo cuando me dijeron "Fermes Landon". Las granjas de la familia Landon.

Ya en el metro empieza uno a ver las caras de los que van para el trabajo como uno. Casi todo el mundo aprovecha para echarse el último sueñito. Mucha mujer de raza negra, ya de edad. Algunas otras jóvenes. En general predomina esta raza.

A la llegada al parqueadero, donde esperan los buses, mucha gente fuera de ellos y otra ya acomodada en los mismos.

Es aquí donde quiero que usen la imaginación. Años 40 o 50, un pequeño pueblo gringo de algún estado sureño, población toda de raza negra. Un bus viejo, como del tipo escolar, de color amarillo y todo, con las sillas viejas y con poco espacio para circular dentro de él. Todo lleno de personas de raza negra. Las señoras con los sombreros como en las películas. El que se sube es el nuevo personaje del pueblo, de color blanco! Todos lo miran, por supuesto. El conductor lo mira de arriba a abajo y le pide documentos, como diciendo "y éste qué hace aquí?".

Hagan de cuenta película sobre el racismo o la esclavitud o no se qué. Exactamente. Era como un presagio.

Después de un rato, y de otro par de blancos que me acompañan, finalmente el bus arranca. 6.35 am. Creo que fijan el horario para los latinos. No se entiende cómo hacen buses tan estrechos para gente que normalmente es muy alta. Mucha de la gente que estaba afuera, afuera se queda. Luego entiendo que eran personas que venían buscando una oportunidad por si alguien faltaba a la cita y así ellos podían trabajar. Sentí que le quitaba el espacio a alguno de ellos.

Desde que llegaba al parqueadero, pude observar a las personas que iban conmigo al trabajo: muchos obesos, señoras fumando y generalmente gente muy adulta. Me dije: "bueno, por lo menos no creo que esta gente trabaje muy rápido, así que no creo que vaya a verme muy buñuelo en la tarea".

El bus empezó un largo viaje por carreteras de todos los tamaños y entramos creo que a dos pueblos: Napierville y Sherlington. En la primera granja se bajaron muchas de las señoras de edad y las gorditas. Me iba preocupando. En la segunda granja, se bajó el resto de la representación femenina y uno que otro señor. En el bus quedábamos 13 hombres. Todos bastante jóvenes y fornidos. Menos yo.

Finalmente llegamos chez Landon. Sólo 10 nos bajamos. Los otros 3 no. Creo que tomaban una decisión. Un hombre, que pensé que era el capataz, empezó a dar instrucciones a diestra y siniestra en un francés a toda velocidad. No agarré ni media. Le dije, riéndome, que no le entendía ni jota. Simplemente me puse a hacer lo que todo el mundo: cambiarse de ropa, poner las maletas en algún sitio. Afortunadamente apareció otro segundón, que se hablaba con el primero en español. Todo claro: íbamos a limpiar lechugas.

Nos montaron en un camión y nos llevaron al campo. Todo el mundo bastante callado y con caras de abatimiento. Yo iba realmente emocionado. Me parecía espectacular la experiencia.

Nos enfrentamos a un terreno de unos 200 metros de ancho por unos 500 de largo. Aunque los 500 parecían como 50.000. Un sembrado de lechugas. Hileras e hileras de lechugas. La tarea bastante simple. Quitar las hierbas y malezas que crecen entre lechuga y lechuga. Se hace con ambas manos, alternando una y otra, para atender siempre una hilera y media. La otra media la atiende un compañero que lo acompaña haciendo otra y media a su lado, para completar así 3. En cuatro patas! El terrenos es blando, de arena super negra y húmeda.

Cuando uno lleva 5 minutos, piensa que no es posible seguir. El dolor en la espalda es insoportable. A la hora, uno sólo piensa que falta otra hora para el descanso, pero que igual faltan otras 2 horas en la mañana y otras 4 en la tarde!! Insoportable. Todos se quejan bastante de lo duro del trabajo y empiezan a hacer bromas sobre el asunto.

Hasta que un joven de raza negra de origen Malí empieza a hacer comentarios políticos que considero acertados y que me empiezan a desmoralizar. El tipo resulta ser Administrador Civil, lleva 4 años en Canadá y además su lengua materna es el francés!

Entre las cosas que dice, las que más me impactan recuerdo: "Esta es la nueva colonización del mundo. Ahora los norteamericanos se dan el lujo de no tener que ir a pelear guerras en ninguna parte. Los esclavos vienen solitos por sí solos y pagan incluso los tiquetes de avión de sus propios bolsillos. Para hacerlo, hacen enormes colas en sus países de origen, desde las 3 de la mañana para obtener una visa". El hombre considera que los canadienses tienen trabajos que no quieren hacer y que por eso han decidio abrir sus fronteras a los inmigrantes.

Poco antes de las 10 am simplemente no puedo más por el físico y decido que no pienso trabajar así los siguientes días y que ni siquiera puedo terminar el día. Qué fracaso! Me toca replantearme la cosa y hacer un nuevo cambio de planes.

Regreso a la granja y entonces el capataz, que resulta ser el dueño, pretende argumentar conmigo sobre el regreso al trabajo. Le digo simplemente que tomé la decisión de no hacerlo. Otro hombre está haciendo trabajos mecánicos aquí y allá y se pone a indagarme un poco sobre lo que pasó, sobre mi profesión y demás. Yo le digo que más bien me pongo a la orden por si hay otra cosa para hacer y que incluso lo hacía gratis (venía una larga espera hasta las 5 pm que era la hora a la que regresaba el bus por nosotros).

Este último tipo resulta ser el hermano del "capataz". Luego entiendo que son M. & M. Landon, los dueños del negocio. Son italianos. Dicen efectivamente que los quebequenses son perezosos. Hablan toneladas de español pues resulta que el 90% de la granja es atendida por mexicanos que aunque hablan español, es poco lo que les entiendo. Conmigo siempre hablaron en francés.

Durante el almuerzo, mucho más abatimiento. El muchacho de Malí resulta ser bastante culto y empieza a comparar las condiciones agrícolas canadienses con las de su país. Haga de cuenta lo que se viene con el TLC. Esta granja, bastante pequeña considero, manejada por sus propios dueños y una docena de obreros, tenía, mal contados unos 10 tractores de última tecnología, sistemas de bandas para transporte, cuatrimotos, montacargas, camionetas y uno o dos tractomulas aguardando la mercancía. Las cajas para embalar las lechugas, con tiquetas y mensajes en español: "peras la no se qué, producto de Argentina". Seguro no les importa ni el clima ni el mercado internacional. La cosecha está vendida y su trabajo protegido por el Estado.

Nadie quiere volver al trabajo. Pero nadie parece decidido a no hacerlo. Yo sólo me imagino la necesidad que tienen y me da tristeza.

Terminando el almuerzo, el hermano del jefe viene a buscarme y me pide que le ayude con un problema eléctrico. Pues termino debajo de un pequeño montacargas eléctrico, bajando un motor eléctrico, luego de haber voltiado con planos y un multímetro durante mucho rato, buscando una falla que finalmente encontramos, pero creo que más por los conocimientos de ellos que por los míos.

Al final del día, cortan el trabajo a las 3 pm por la lluvia. El sol estaba radiante. No entendí. A todo el mundo le pagaron 6 horas de trabajo. A mí, 3, incluido el trabajo eléctrico. Mis primeros 23,25$. Ellos, obtuvieron 59$ pero nadie parecía conforme. La gente esperaba salir de allí con 70$ o más. Muchas protestas porque el transporte lo pagamos nosotros mismos.

Parecía que era la primera vez de muchos. Agrijob envía a los primeros o a los sin experiencia al peor trabajo? Seguro no es fácil que los que ya lo conocen regresen. Algunos, en el viaje de regreso, así lo manifestaron.

Tienen que entrar a la página de Agrijob para ver las fotos con las que lo invitan a usted a pasar su verano felizmente en "la campaigne".

Hoy amanecí efectivamente con dolor hasta en la mugre de las uñas. Sólo por un par de horas de trabajo. La dueña de la casa, además, me ha pedido que me quede sólo por este mes.

A buscar nuevo alojamiento!